Relación corrupta

Ayer hablando con una amiga pudimos confirmar lo perjudicial que es una relación de absoluto control y sometimiento bien sea directo o sutil. Resulta paradigmático que en la situación actual y por las circunstancias de la crisis que vivimos muchos se vean forzados a aguantar a personas tóxicas a su alrededor.

Que decir tiene que una relación perjudicial lo puede ser en todos los ámbitos de la vida, en el trabajo, en la familia, con la pareja, (mal elegida claro) y hasta con amistades peligrosas de esas que no saben estar sin ti y te someten a sus deseos solo por sus miedos y carencias.

Ese tipo de relaciones que podríamos denominar corruptas, ya que según reza el diccionario de la Real Lengua Española, corrupta es la persona que lleva la acción y efecto de corromper (depravar, echar a perder, sobornar a alguien, pervertir, dañar). El concepto, se utiliza tanto para nombrar al vicio o abuso en un escrito como en las cosas no materiales.

A colación quiero resaltar que estas relaciones corruptas son permitidas por ambas partes pero siempre tiene que haber una parte débil y una parte con el poder para llegar a esa situación. En el ámbito laboral muchos lo han experimentado cuando se tiene un jefe o compañero corrupto que lo único que quiere es amargarte la existencia y salir a flote cueste lo que cueste, esa persona te someterá para que le sigas el juego. Suelen ser personas con buena palabrería, encantadoras de serpientes que ofrecen humo para engancharte y dominarte.

Una relación corrupta con la pareja necesita de una carencia afectiva en la parte débil, mientras que la otra parte, la del poder, se siente con fuerzas para doblegar una y otra vez las situaciones a base de humillación. En estos casos el corrupto se impone por el miedo que causa, no por respeto, aunque a veces lo primero está maquillado por lo segundo.

La corrupción y la humillación van unidas de la mano, son dos puntos inseparables, el humillado es el que no tiene armas ni puede luchar en contra del corrupto que quiere doblegar y rendir a su víctima.

¡Cuantas víctimas por la corrupción! De todas clases y en todos los ámbitos; el poderoso quiere entrega y el humillado quiere paz. A veces se junta la disyuntiva de que el propio humillado, o sea la víctima, se siente culpable de los hechos que el corrupto le imputa mediante las artes que el mismo ha creado. Es cierto que una persona cuerda y con un mínimo de sentido común piensa, ¿pero como no lo ven?, ¿cómo nadie le abre o les abre los ojos?

Así es, existe en nuestra sociedad y en el sistema que la rige ese tipo de relaciones corruptas. Vayan con cuidado amigos lectores y mantengan bien a raya y fuera de sus vidas a esa gente tóxica. Que decir tiene que a veces, son situaciones tóxicas, provocadas por personas o circunstancias. En ese caso, mi consejo es mantenerse lejos de ellas y si después de haber leído este artículo si alguien se da cuenta que tiene una a su lado, cambie, pónganle solución a ello y si no encuentra la solución de manera inmediata, habrá que lidiar por un tiempo con ella, pero aconsejó preparar bien la estrategia para librarse de la relación corrupta.

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