BEATRIZ DÍEZ MAYANS.- Jaume Santacana, escritor y productor de cine entre otras muchas cosas, se define así mismo como un exjubilado con mucho ajetreo. A mi, lo de exjubilado, me llama la atención pero insiste en que debo describirle así mientras escriba sobre él. Sin embargo, Jaume Santacana es mucho más que un señor mayor sin carga profesional activa. Es uno de los personajes más interesantes a los que he tenido el gusto de entrevistar.
Quedamos en el Molí des Comte una hora antes de que empiece la presentación de su último libro titulado 'Frivolidades'. Como siempre, una servidora llega tarde. Nerviosa entro a todo trapo en el espectacular jardín del Molí des Comte. Y ahí está él, acompañado de la correctora de textos Marta Toro, haciendo fotos cual turista frente a la Sagrada Familia. Me saluda efusiva y elegantemente. Hace un sol y un calor de justicia y Jaume, precavido él, luce un sombrero de paja que envidio hasta la muerte. "Quien lo tuviera" me digo para mis adentros.
Mi primera impresión es muy grata. Me parece un hombre de lo más interesante y sorprendente. No para de contarme historias de su vida. De hecho, tiene tanto que contar que al final de lo que menos hablamos es de su libro que, por cierto, es una recopilación de 87 artículos de opinión publicados en el digital mallorcadiario.com. "He escogido los que más me han gustado, de los que más orgulloso me siento aunque ahora mismo no me acuerdo ni de la mitad". Y no es de extrañar que no los recuerde. Este hombre ha vivido cien mil experiencias...
Ha escrito más de una docena de libros, todos ellos sin editorial ya que no "soporto que me cambien una coma" asegura. Ha producido un sin fin de películas, entre ellas la biografía de Lola Flores. Ha trabajado con actores de la talla de Juanjo Puigcorbé, al que considera gran amigo, así como con el escritor Josep Pla, del que asegura sentirse profundamente influenciado tanto a nivel personal como laboral. Ha cenado con celebridades internacionales de la talla de Paul Newman y, algo que me llama tremendamente la atención, se ha ido de copas con una ministra de Cultura. Concretamente con Cristina Alborch que fue ministra en la última etapa del Gobierno de Felipe González y con la que asegura "haber pasado una noche loca".
A medida que pasan los minutos hablamos cada vez menos del libro que está a punto de presentar y cada vez más de su vida. Sin embargo, yo insisto y no pierdo de vista el objeto de la entrevista y por ello le propongo un juego. Le leo el titular de uno de sus artículos publicados que elijo a boleo gracias al ejemplar que tengo en mis manos y él, acto seguido, debe contarme, rápidamente, de que va. El juego me demuestra dos cosas: que no tiene mucha memoria y, por otro lado, que tiene respuesta para todo. De esta pequeña distracción saco varias conclusiones: Que su animal preferido es el hipopótamo (sobre todo los bebés). Que el día más feliz del año es el día de Reyes. Que le tiene miedo a muchas cosas (entre ellas a la muerte, al dolor y a caerse en la calle). Que es un exagerado del té (confiesa que toma unos 3 litros de té diarios) y que no es un "destapador de secretos" tal y como él mismo se define.
Poco a poco se acerca la hora de la presentación de 'Frivolidades'. Los invitados empiezan a llegar al Molí. Toman asiento junto a nosotros y la entrevista cae en picado. Eso sí, antes de acabar y de que los recién llegados lo acaparen, me da tiempo a preguntarle una última cosa: ¿Para cuándo el próximo libro? Y, como no, también tiene respuesta. Está escribiendo una novela sobre un escritor fracasado y que no tiene "ni idea" de cuándo verá la luz. "Me lo estoy pasando muy bien escribiendo, pero lo me estoy tomando con mucha calma" concluye.
Y llegados a este punto somos tantos en la mesa que lo que empezó como una entrevista a dos, acaba de convertirse en una reunión de varios amigos. Guardo mi libreta y me dispongo a disfrutar de las muchas historias que aún le quedan por contar.
