Alegría pero con prudencia. El Palma Futsal asimila la nueva gesta conseguida ante el F.C. Barcelona a la vez que trata de evitar la euforia a sabiendas que el resultado conseguido es real pero no significa nada definitivo en una eliminatoria a doble partido.
Uno de los más felices es Nico Sarmiento cuyas actuaciones en la Copa del Rey confirman el excelente nivel de la portería balear y asegura un buen futuro.
“Ya podríamos jugar hoy la vuelta”. Es la frase más escuchada en el regreso de la expedición del Palma Futsal a casa tras otra gran noche que alarga el relato histórico de un equipo empeñado en escribir las páginas más brillantes del fútbol sala balear. La primera victoria de la historia en el Palau Blaugrana ante el verdugo de los mallorquines en la Copa del Rey, ya que el Barcelona se llevó los dos enfrentamientos en años anteriores, se suma al logro de eliminar al Movistar Inter en la eliminatoria anterior y al tercer puesto que ocupan en la liga. Los mallorquines viven un momento dulce y lamentan que ahora tengan que esperar casi cuatro meses para afrontar la vuelta de la semifinal cuando ahora atraviesan su mejor momento, cosas del guión.
El Palma Futsal ha ganado a los dos campeones de todas las ediciones de la Copa del Rey, cuatro títulos del Barcelona por uno del Movistar Inter, y lo ha conseguido en sus respectivas pistas, algo que la teoría vislumbraba como un sinónimo de imposible. El sacrificio, compromiso, la capacidad de superación y la ambición del equipo parece no tener límites y siguen empeñados en conseguir algo grande este año rompiendo todos los registros del club y arruinando las mejores previsiones.
Dentro del vestuario balear hay alguien especialmente feliz: Nico Sarmiento. El meta argentino abandonó su tierra el pasado verano para sumarse al proyecto palmesano con la ilusión de hacer historia en España. Y lo está consiguiendo con dos actuaciones destacadas ante los dos equipos de referencia a nivel mundial. Sarmiento reconoce que “uno siempre sueña con jugar partidos así y más ganarlos en pistas como las de Inter y el Barcelona. Es algo muy lindo y es algo que me llevaré siempre. Estoy muy feliz, más que nadie, por haber podido jugar esos dos partidos que han sido importantes para todos nosotros. Conseguimos el resultado perfecto que fuimos a buscar”. Eso sí, el argentino saborea el triunfo pero huye de euforias porque “ellos son el Barcelona y hay que ser conscientes que, por más que hayamos ganado en su pista y también al Inter, ellos siguen siendo los favoritos y la obligación de ganar es suya. Nosotros tenemos la obligación y responsabilidad de hacer nuestro partido de vuelta, pelearlo hasta el último segundo y no bajar los brazos. Tenemos la ilusión de poder ganar, las ganas de dar un buen espectáculo a nuestra afición. La obligación de ganar es suya porque son el equipo grande que viene de ganar en los últimos años” indica. La llave del éxito de los baleares no es otra que “tenemos un muy buen equipo, con grandes jugadores y trabajamos día a día para estar cómodos en la pista y para igualar las acciones ante equipos que tienen más calidad jugador a jugador. No hay más secreto que trabajar y tratar de mejorar”.