Con esta victoria, Scheffler se une a Tiger Woods como los únicos jugadores en la historia capaces de ganar este prestigioso torneo en ediciones consecutivas, un logro que refuerza su estatus como figura dominante del golf actual.
El texano firmó una tarjeta total de 278 golpes (-10), superando por cuatro impactos a Ben Griffin. Fue, además, el único jugador en cerrar las cuatro rondas bajo par en un campo tan exigente como el diseñado por Jack Nicklaus, anfitrión del evento.
Su rendimiento se basó, como es habitual, en una mezcla letal de solidez desde el tee, temple en los greenes y una precisión quirúrgica en los momentos clave. Esta es la tercera victoria de Scheffler en sus últimas cuatro apariciones en el PGA Tour, tras conquistar el PGA Championship y el CJ Cup Byron Nelson, confirmando una racha que ya lo coloca entre las grandes historias del deporte en 2025.
El triunfo le reporta, además, 4 millones de dólares como parte de una bolsa total de 20 millones, uno de los premios más importantes de la temporada. Más allá del aspecto económico, el triunfo en el Memorial tiene un valor simbólico: ganar en la casa de Jack Nicklaus es hacerlo en el territorio de una leyenda, y eso solo está al alcance de los grandes.
Con este nuevo trofeo en su vitrina, Scheffler no solo lidera la clasificación mundial con autoridad, sino que también se perfila como el gran favorito para lo que resta del calendario. Con este nivel de golf podríamos afirmar que estamos en la era Scottie.




