La Policía Local de Palma está investigando a un conductor tras quedarse dormido al volante en un semáforo de Eusebi Estada y negarse a realizar la prueba de alcoholemia. A pesar de haber testigos que lo vieron en el asiento del conductor, el implicado negó en todo momento ser quien conducía y se rehusó a realizar la prueba de alcoholemia, lo que agrava su situación legal.
LOS HECHOS
Esto ocurrió sobre la 1:30 de la madrugada de este lunes en la calle Eusebi Estada. Una patrulla de la Unidad de Intervención Inmediata (UII) recibió la llamada de un taxista y otro compañero, quienes señalaron a un vehículo detenido en mitad de la vía con el semáforo en verde. En su interior, y con el motor en marcha, se encontraba dormido un hombre en el asiento del conductor.
Los agentes despertaron e interrogaron al hombre. El implicado aseguró que no estaba conduciendo y que el verdadero conductor era un amigo. Dio distintos nombres sin coherencia a lo largo de la conversación. Los agentes detectaron un fuerte olor a alcohol en su aliento y le preguntaron si había estado bebiendo, a lo que el hombre respondió que sí. A pesar de reconocerlo, insistió en que no era él quien llevaba el coche.
RECHAZÓ LA PRUEBA DE ALCOHOLEMIA
Ante esta situación, los agentes informaron al implicado de que le iban a a realizar la prueba de alcoholemia, algo que el hombre rechazó rotundamente alegando, de nuevo, que él no conducía. A pesar de los intentos de la patrulla por explicarle la obligación legal de someterse a dicha prueba y las consecuencias penales de negarse, el hombre estuvo firme en su negativa.
Por ello, los agentes comunicaron al hombre su condición de investigado por un presunto delito contra la seguridad vial al negarse a someterse a las pruebas de alcoholemia. También le informaron de que deberá comparecer próximamente ante un juez en un juicio rápido.
El coche fue retirado de la vía y trasladado al Depósito Municipal de Vehículos, ya que el implicado no podía hacerse cargo del mismo.
POSIBLES SANCIONES
Este tipo de infracción puede conllevar penas que van desde seis meses de prisión, hasta doce meses de multa o noventa días de trabajos para la comunidad. En cualquier caso, está previsto que se le imponga la retirada del permiso de conducir por un periodo de hasta cuatro años.