No soy seguidor del Mallorca, pero cuando jugaba en primera división estaba al tanto de sus resultados e incluso veía algún que otro partido por televisión. Cuando bajó a segunda A, y teniendo en cuenta su calamitoso juego y sus desastrosos resultados, dejé de interesarme y reconozco que esta temporada en segunda B ni siquiera estaba al tanto de su trayectoria.
El domingo pasado, por esas cosas de la vida, fui al estadio de Son Moix y unos amigos me comentaron previamente que iba primero del grupo tercero de segunda B y, además, estaba imbatido, lo que me hizo pensar que el club debía haber hecho un equipo potente para volver de inmediato a segunda A e intentar, en un par de años, la vuelta a primera. Además, me dijeron que el partido era contra el colista, el deportivo Aragón, que apenas llevaba un partido ganado en todo el campeonato, así que pensé que iba a ver un partido con buen juego local y una cómoda victoria, si no una goleada.
Nada más lejos de la realidad. Vi un partido horroroso por parte de los dos equipos, pero el Mallorca, líder e imbatido, jugó peor que el Aragón, colista y con una sola victoria en su haber. El juego acabó en empate, resultado que quizás fue justo, pero también lo habría sido que ganaran los visitantes.
Todos los aficionados al fútbol sabemos que la segunda B es un pozo del que es muy difícil salir y en el que los clubs pierden las fuentes de financiación, especialmente por los derechos de televisión, de que disponen cuando están en primera y segunda como miembros de la Liga de Fútbol Profesional. A clubs históricos que han caído en segunda B o, peor aún, en tercera, les ha costado Dios y ayuda y años volver, como por ejemplo el Oviedo que en tres años bajó de primera a segunda B y de ahí a tercera por sanción administrativa por impago a sus jugadores, estuvo a punto de desaparecer y tardó catorce años en volver a segunda división A .
Hará bien el Mallorca en procurar volver a segunda A cuanto antes, esta misma temporada a ser posible y parece que, en cuanto a resultados, va por buen camino en su grupo, pero si su juego habitual es el que vi el domingo y no mejora, lo tendrá muy crudo en la fase final de eliminatorias por el ascenso. Y suponiendo que lo consiga, de no mediar una mejora sustancial en cuanto a jugadores y prestaciones, el futuro no se antoja nada brillante.
Que en un partido entre el líder y el colista los dos equipos jueguen un partido igualado, pero igualado por abajo, es decir, que ambos parecían ser el último de la clasificación, dice mucho de lo que es la segunda B, una categoría de muy poca calidad de juego, mucha brega, partidos trabados y poco espectáculo. Hay que reconocer que los aficionados que siguen yendo al estadio a animar al equipo son dignos de admiración, y también de conmiseración, porque si lo que se vio el domingo es lo habitual, más que a disfrutar se va al estadio a aburrirse y sufrir. Hay que ser muy forofo y un punto masoquista.