Situado en el último saliente de la Playa des Caragol, el Cabo de Ses Salines tiene gran importancia por el faro, ya que, junto a la luz del Illot de na Foradada, en el archipiélago de Cabrera, marca el paso por el canal homónimo. El edificio fue proyectado por el ingeniero Emilio Pou, y las obras finalizaron en 1862. Tiene planta cuadrada, con un patio central. Se encuentra a sólo 60 metros de la orilla y está rodeado por una cerca de piedra, con una rampa para barcas, gallineros, almacenes y un huerto, signos todos ellos de la vida solitaria y autárquica de los fareros de otros tiempos. Para llegar hasta el faro hay que tomar una carretera que une Ses Salines con es Llombards.
