El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha anunciado que “pronto” dejará de ser obligatorio llevar tapadas nariz y boca con una mascarilla en la vía pública. Sólo será necesaria en espacios cerrados. Es un importante avance, sobre todo ahora que comienza a apretar el calor. Pero uno no tiene más que salir a la calle y comprueba que el Gobierno llegará tarde a la hora de levantar tan engorrosa medida porque en la práctica, casi nadie la lleva. O al menos, no la lleva correctamente. Todo el mundo la usa de barbuquejo, o por debajo de la nariz, cuando no directamente en el codo. Los fumadores porque fuman y los no fumadores porque ya no soportamos llevarla con el calor que hace. Así que una vez más la ciudadanía va por delante de los gobernantes, quienes ahora anuncian de que un día de estos acabarán con la extorsión, pero sin concretar cuándo, que ya se sabe que esto debe decidirlo un comité de expertos, tras la reunión de la correspondiente comisión delegada, que finalmente ratificará el sanedrín político. Pero la mascarilla correctamente colocada ya no la lleva ni el tato.
Ursula von der Leyen bendijo ayer en Madrid el Plan de Recuperación elaborado por el Gobierno de coalición. Los primeros 9.000 millones llegarán el mes que viene y otros 10.000 millones más en diciembre. Para muchos será tarde y para otros tantos ni siquiera los verán porque se trata de 8.000 millones menos de los esperados. Igual que las ayudas del Govern para empresarios y autónomos, un total de 855,7 millones que si reúnes los requisitos exigidos por el Ejecutivo autonómico, tiene más mérito que ganar una medalla olímpica en Tokio. Y que al final toda la pasta es para pagar deudas, nada más (aunque no es poca cosa porque todo el mundo está con el agua al cuello).
Pero no seamos pesimistas. Casi la mitad de la población ya ha recibido una dosis de la vacuna. Sólo hay ocho pacientes de Covid-19 en la UCI. Y hoy mismo llega el primer crucero al puerto de Palma después de 16 meses de no ver ninguno de esos colosos entrar en la bahía. El conseller Iago Negueruela (PSOE) irá a recibirles y les dará la bienvenida. No le acompañará nadie de Més per Mallorca, que si por ellos fuera no volvería a atracar ningún crucero en Balears nunca más. Suerte que Armengol puso un conseller socialista al frente de Turismo que si hubiese un ecosoberanista como en la legislatura pasada, sabe Dios lo que pasaría con los cruceristas. Los de Més no es que lleguen tarde. Es que a menudo ni llegan.
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No(