Si después de los diecinueve argumentos contundentes cuya suma me llevaron a cuestionar la capacidad de gestión de Maheta Molango, consejero delegado del Mallorca y representante máximo de la Propiedad, reincido en dos nuevas aportaciones, habrá quien se apresure a acusarme de inquina personal y afición persecutoria. Nada más lejos de la realidad. A mayores, varios colegas y también aficionados del propio club se han anticipado a la hora de calificar de ridículo el misterio en torno al fichaje de un futbolista en formación, Pleguezuelo, mallorquín pero de la cantera del Arsenal después de haber probado sin suerte en la de los principales equipos españoles, cuya presentación aún no ha sido posible pese a tratar de presentarla con formato de superestrella. Todo muy al estilo del abogado suizo, siempre de cara a la galería y enluciendo la fachada.
Otro detalle que dice muy poco a favor de la agilidad de los encargados y la dinámica interna de la casa, es el panel de patrocinadores colocado en las salas de prensa por detrás de los comparecientes, en los cuales aún se destacan marcas como Macron, que ya no viste al primer equipo, o Syntellix, la del curioso material sanitario cuya empresa preside Utz Claassen. En el primer caso no creo que a los dirigentes de Umbro les haga mucha gracia la publicidad de la competencia y en el segundo, no ha trascendido que la continuidad del patrocinio forme parte de los pactos de venta entre el alemán y Robert Sarver.
Son detalles que si se consideran aisladamente parecen poco importantes pero, tal cual ya se ha expresado en este espacio, conforman en su conjunto una imagen caótica de la entidad. Y es que, por asuntos bastante más nimios, no hace mucho se ponía en la picota a quienes estuvieron al frente del Real Mallorca SAD antes de los Cerdá, Blum y su jefe. Si cualquiera de ellos, Cladera o Serra Ferrer, hubiera dicho públicamente una décima parte de lo que ha declarado Molango el último día de la concentración en Holanda, habrían pedido un linchamiento, ya fuera en hoguera, horca o guillotina.
