La XXVII Mostra de Cuina Mallorquina cerró anoche sus puertas con buenas sensaciones. Según la Asociación Empresarial de Restauración de Mallorca el evento ha conseguido capear la crisis y ha servido más de 38.000 menús. De hecho, la mayoría de los 38 restaurantes que han participado destacan que han mejorado los resultados del año pasado o, al menos, les ha ido igual. Sin embargo, su presidenta Pilar Carbonell expreso su inquietud por no contar con un recinto adecuado donde desarrollar la Mostra y aseguró que “seguiremos sembrando en temas de Promoción de nuestra gastronomía para que algún día, esperemos no muy lejano podamos recoger los frutos de todos los que nos visiten expresamente para disfrutar de nuestros platos”. Carbonell explicó el difícil momento que atraviesa el sector debido a la situación económica y los cambios de hábitos de la clientela influidos por la imposición de algunas leyes (ley antitabaco) y por eso pidió “unas administraciones ágiles, bien gestionadas, transparentes y actualizadas para que veamos el final del túnel lo antes posible”. El acto se clausuró con la entrega de diplomas a los restauradores participantes en esta Mostra de Cuina Mallorquina y una placa conmemorativa a la familia de Mestre Tomeu, a quien la Mostra ha querido rendir homenaje en esta edición.





