Foto: J. Fernández Ortega
En el libro Els barris de Palma, el historiador Antoni Marimon explica que la barriada de S'Olivera toma el nombre de un predio que estaba situado cerca de la carretera de Sóller.
Este predio, que tuvo diversos propietarios entre el siglo XVII y el siglo XX, debía de ser bastante espacioso, pues a finales del siglo XIX limitaba con el Camí Roig, Son Gelabert, Son Ferrà, Son Oliva, la Punta, el Camí de Valldemossa y Son Cucullada.
El proceso urbanizador en S'Olivera se inició, recuerda Marimon, en los años cuarenta, con la construcción de viviendas unifamiliares. Dos décadas después, se empezarían a edificar viviendas plurifamiliares, en un proceso que continuó con regularidad, pero que se ha intensificado especialmente a lo largo del último lustro.
Pegada a S'Olivera se encuentra La Femu, que quizás sea la denominación más curiosa con que cuenta una barriada de Ciutat. Pero gracias de nuevo al citado historiador logramos desentrañar su misterio nominal. "El 1922, s'hi instal·là l'empresa Manufactures Femu, dedicada a la producció de materials agrícoles. Aquesta empresa desaparegué en els anys seixanta", resume Marimon.
Por lo que respecta al origen del propio término Femu, era el acrónimo de Fábrica Española de Metalurgia y Utillaje. En aquel antiguo enclave fabril se ubica hoy el Parc de La Femu. Precisamente, el coordinador municipal de S'Olivera y de La Femu, Toni Server, confirma a mallorcadiario.com que dicho parque "se está reformando ahora por completo". Así, hace poco "se remodeló la zona infantil" y en estos momentos "se está montando una calistenia". Este es el principal proyecto que está ejecutando hoy en la zona el equipo de gobierno que preside Jaime Martínez.
Justo enfrente de este parque se encuentra un solar de titularidad municipal, habilitado provisionalmente como pipicán, en donde está prevista la construcción de un centro de salud, al que podrán acudir los residentes de S'Olivera, La Femu y El Amanecer. Seguramente, se edificará también en este solar algún equipamiento cultural. "Se espera que la tramitación de todo el proyecto empiece a lo largo de este mandato", pronostica.
Server también hace referencia a otro futuro proyecto, en este caso del Govern, que será la puesta en marcha en la próxima legislatura del denominado Distrito de las Artes de Palma, justo al lado del actual Conservatori Professional de Música i Dansa de Mallorca, en la calle de Alfons, el Magnànim. Esta iniciativa fue presentada el pasado mes de marzo por la presidenta del Ejecutivo regional, Marga Prohens.
Tal como explicó entonces la mandataria balear, el nuevo distrito acogerá el Conservatori Superior de Música, la Escola Superior d’Art Dramàtic y la Escola Superior de Disseny. Además, también se construirá una segunda residencia universitaria y un nuevo instituto.
"Esta barriada es muy tranquila", afirma el propietario de la Farmacia Arxiduc 123, Román Muret Mayoral, quien abrió este establecimiento hace dieciséis años. "Antes tuve una farmacia al lado del Teatre Principal", recuerda.
A su juicio, una de las grandes ventajas de S'Olivera es su proximidad al centro de Palma y, al mismo tiempo, a la Vía de Cintura. Asimismo, corrobora que "está creciendo mucho la población en esta zona y en Son Ferragut, en donde están construyendo mucho".
Hablando ya sobre su propio trabajo, Muret reivindica el papel asistencial del "farmacéutico de toda la vida", una figura en la que los clientes confían de manera plena. Paralelamente, considera que también es cierto que "las farmacias han cambiado mucho en estos últimos años", ofreciendo nuevos servicios. Antes de despedirnos, nuestro interlocutor nos habla de su otra faceta profesional. "Durante quince años fui analista en el laboratorio de Son Dureta", indica.
En la calle Arxiduc Lluís Salvador se encuentra también el Bar Ca'n Juan. Su dueña es Scherezade, que lleva ya casi once años al frente del negocio. "Lo llevo yo sola", destaca. Su establecimiento ofrece "una gran variedad de bocadillos y pepitos, el bocadillo del día, tostadas variadas y menú al mediodía". Su clientela es muy plural, valora Scherezade, pues está conformada "tanto por vecinos como por trabajadores de la zona".
Entre los residentes, un vecino de toda la vida de S'Olivera es Damià Rigo Llompart. "Ahora tengo 82 años y desde los tres vivo en esta barriada", explica a este digital, aclarando seguidamente que, no obstante, no es palmesano de cuna, pues nació en Llubí. Su padre trabajaba como farolero en las inmediaciones de la Seu, mientras que él fue electricista. "Yo tenía el número 561 de instalador de Baleares", añade a continuación.
"Cuando yo era joven, antes había aquí apenas cincuenta casas, pues casi todo eran almendros y algarrobos", rememora con nostalgia. A lo largo de nuestra charla, Rigo va desgranando otros recuerdos, algunos muy curiosos, como por ejemplo el de la desaparición de un club 'sólo para adultos' que hubo durante décadas en la zona y que solía estar especialmente concurrido, sobre todo por las noches.
Otro residente en esta barriada es Gaspar Morey, que posee una compañía de danza —Baal— junto con su mujer, Catalina Carrasco, que es bailarina profesional. "Nuestra casa es también nuestra oficina de trabajo", subraya. A punto de cumplir hoy 54 años, Morey reconoce que se inició en la danza relativamente tarde, ya de adulto, y, además, en un principio sólo como alumno de quien luego acabaría siendo su pareja y su partenaire en Baal.
Previamente, Morey había estudiado Educación Física, le habían dado una beca en el Instituto de Biomecánica de Valencia y se había doctorado en Alemania, en donde estuvo diez años. Con posterioridad, volvió a España y, ya en Mallorca, trabajó en un laboratorio de Biomecánica en Inca en la industria del calzado. Paralelamente, tuvo una relevante trayectoria como deportista, ya que durante tres décadas jugó al balonmano, "como portero".
En estos últimos años, Morey y Carrasco han actuado no sólo en las Islas y en el resto de España, sino también en otros países, como México, Panamá o Corea del Sur. "En Mallorca, el mercado ahora mismo es muy limitado", lamenta, para añadir: "Nosotros tenemos la suerte de que esta casa la construyó mi bisabuelo, porque si tuviéramos que pagar un alquiler, no sé cómo lo haríamos". A modo de conclusión, sentencia que "casi nadie puede vivir hoy con un trabajo normal y pagar un alquiler", algo que es cierto posiblemente no sólo en S'Olivera sino también en casi cualquier otra barriada de Palma.
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Me parece estupendo que se realice un Centro de Salud; pero el Ayuntamiento no piensa con los el bienestar animal.
Ya han trasladado el pipicsn con esta hará dos.
Espero que el Ayuntamiento tenga un poco de sensibilidad con los los perritos.