Es muy probable que hoy no encuentren una tertulia sobre el Mallorca (las migajas del Clásico, claro) en la que se no se hable de suerte, de la fortuna que tuvo el equipo de Carreras ante el Castilla. Y de la parada de Miño, obviamente. Y es muy probable que esos pequeños detalles, a los que veíamos de lejos esta temporada, sean determinantes para entender las opciones que tengan los rojillos de ascender.
No en vano, el juego sigue siendo tan plano como hace meses, la defensa es igual de frágil (o peor) y en ataque no hay guión alguno. Así que igual nos conviene pensar que el Mallorca, además de acciones de mérito y de resultados positivos, va a necesitar ese punto azaroso que tienen todos los juegos. ¿Suerte? Bienvenida sea.





