La aplicación de las nuevas tecnologías en el ámbito de la educación es un proceso imparable que en un determinado periodo de tiempo acabará con la existencia de los voluminosos y pesados libros de texto. Esto es algo que todo el mundo aplaude, pero el modo en que esto se haga, eso ya es otro cantar. La comunicación por parte del colegio La Salle de Palma a las familias de alumnos de 1º de ESO, de la obligatoriedad de afrontar un pago que rondará los 1.000 euros por alumno para adquirir una tablet de alta gama con los libros de texto en su memoria, ha causado gran malestar en algunos padres y madres. Sobre todo porque se ha informado una vez concluido el proceso de admisión y matriculación para el próximo curso, y porque como es natural, no todo el mundo está en disposición de desembolsar esa cantidad de dinero –por más que pueda financiarse la compra–, cuando además parece haberse escogido una marca concreta que no es precisamente la más barata del mercado.
No todo el mundo está en disposición de pagar 1.000 € por una tablet
El colegio La Salle de Palma es concertado y tiene libertad para implantar el material curricular que desee, aunque desde la Conselleria d’Educació se recomienda contar con el mayor consenso posible. Lo más prudente sería que por la vía del diálogo se busquen fórmulas aceptables para la inmensa mayoría de las familias, pero la imposición por parte de la dirección del centro no es el mejor camino si se quiere que haya normalidad en un proceso de implantación de nuevas tecnologías como el que se pretende.





