Transporte púbico

Es tan incorrecto que siento hasta pudor al escribirlo, pero más pudor debería darle al ayuntamiento ofrecer un servicio tan insuficiente a los ciudadanos que son usuarios habituales de la EMT.

Sin ánimo de herir sensiblidades, pero sí de destapar debilidades, describiré un día laborable cualquiera, entre las 7:00h y las 8:30h de la mañana, de cualquier persona que se disponga a llegar a tiempo al trabajo, más concretamente al Parc Bit, por poner un ejemplo al azar. Un lugar tan tan lejano, que ni el metro llega.

Esas personas saben tan bien como yo, que madrugar tiene consecuencias impredecibles cuando dependes del autobús. Una de ellas es tener que esperar y esperar mientras tragas humo, mucho humo de cualquier medio de locomoción de 2, 4, u 8 ruedas, entiéndase como motos, coches o autobuses. Sí, también pasan autobuses, creo que todos menos el mío, que nunca llega a su hora. ¿Para qué está la app o los “contadores” de las paradas? No se sabe, porque tienen la misma fiabilidad que los partes meteorológicos, a veces aciertan, pero es pura casualidad. Una solución un tanto rudimentaria pero que por el momento es la más eficaz es, madrugar un poquito más, llegar con tiempo por si pasa antes y si no, esperar mientras tragas diesel, sin plomo, 95...

Cuando lo ves aparecer a lo lejos te van bajando los malos humos y te vuelven a subir al ver que es uno de los pequeños, de esos que cuando lleva la mitad del recorrido ya no cabe nadie más, a no ser que sea un jugador avanzado de Tetris y sepa buscar el hueco y acoplarse mientras empieza a pensar la estrategia de salida. Otras veces hay suerte y llega el largo, ése en el que cabemos todos con posibilidad de movimiento incluida, pero suele llegar más tarde. Un retraso de 10 minutos puede parecer insignificante, pero no para alguien que ha madrugado incluso un poquito de más para ser puntual y no para quedarse tragando diesel, sin plomo, 95...