En el momento en que escribo esta columna faltan unas pocas horas para que se abran los colegios electorales en Estados Unidos. Las opciones son una mala y una mucha peor. Como se pueden imaginar Donald Trump es muchísimo peor que la desgastada e incluso rancia Hillary. Si yo fuese estadounidense votaría a la candidata demócrata por miedo y con la nariz tapada para evitar que un farsante, machista, homófobo y xenófobo llegue a dirigir el destino de la nación más poderosa del Mundo y referente para todo Occidente.
Donald Trump se ha aprovechado del miedo de los varones mayores de 35 años que viven alejados tanto de la costa Este como de la Oeste exceptuando Florida que debido al voto cubano casi siempre se ha decantado por los republicanos. El candidato Trump empezó a postularse como una excentricidad de un millonario y ha acabado convirtíendose en una pesadilla incluso entre las filas republicanas.
Sin entrar en temas de economía o política exterior no consigo entender como puede haber personas supuestamente inteligentes que hayan votado a estas horas que ustedes leen esta columna al candidato más siniestro y peligroso posible. Que haya mujeres,negros, latinos y gays y lesbianas que puedan votar a Trump es algo que me horroriza. Sin aún saber quién será el vencedor de las Elecciones yanquis lo que está claro es que Trump ha dejado patente que el voto del miedo funciona, que la manipulación y la mentira han sido sus mejores aliados y que incluso saca partido de lo más ridículo y vergonzante.
Es triste ver que un país que gracias a los ocho años de Obama se ha convertido en un país mucho mejor, en el que gays y lesbianas pueden vivir con dignidad de repente pueda convertirse en un país a la altura de Rusia en el que los gays puedan tener que volver a los armarios y sean perseguidos de nuevo. Como soy un hombre de fé voy a dar por hecho que a estas alturas ya estaremos celebrando que Hillary Clinton es la primera mujer presidenta de EE.UU. y garante del progreso, los derechos de las minorías y guardiana de las libertades civiles.
Si no es así que Dios nos pille confesados.
De Gari Duran y sus asquerosa Plataforma por las Libertades si eso hablamos otro día
