Tras cualquier decisión política hay un convencimiento ideológico. Esto quiere decir que la historia de desamor entre la concejal palmesana aurora Jhardi y las terrazas del born difícilmente encontrará una via para el encuentro.
No se pueden hacer peor las cosas. Primero, la derrota en el referéndum sobre la continuidad de las terrazas. Después, el montaje de una Fira del Llibre de 10 días con expulsión de las terrazas durante 20. Y ahora va la concejal y anuncia que el año que viene igual podrían coincidir las dos cosas en el mismo espacio y al mismo tiempo, la Fira y las terrazas. A buenas horas.
¿No hubiera sido posible este año? No será porque no se le ha señalado el error a la concejal durante todo el mes de mayo. Los empresarios de la zona y los medios de comunicación hemos estado alertando del error y el abuso. Jhardi, ciega, sorda y muda. Ahora sí parece haber recuperado los sentidos, incluído el sentido común.
Me imagino la normalidad de la convivencua de ambas actividades en el Born en la primavera de 2017 y me parece hasta sensacional. Librerosy restauradores no se molestan, se complementan. Y el que gana el el ciudadano, el de Palma, el visitante y el turista.
¿O no puede acercarse uno al Born, hojear cuantos títulos apetezcan, comprarse un libro, y estrenar sus primeras páginas sentado en la terraza de al lado con toda la tranquilidad del mundo?
Con una caña, un cortado o una Coca-Cola.
Sería bueno que ahora Cort tome nota.