Una bruja montada en una escoba se pasea por Mallorca

Cada año al llegar estas fechas me encuentro ante el mismo dilema. Lo manido, lo socorrido para el opinador, pasa por escribir un resumen de los hechos relevantes acontecidos a lo largo de los últimos doce meses. Pero en Mallorca, a final de año, el mundillo indepe se viene arriba. Animalitos, no puedo resistirme a su maravillosa pataleta fascistoide. Así, pues, sucumbo y vuelvo al lugar común de la inmundicia totalitaria. Son tan divertidos…

La semana comenzó con los vientos que nos trajo Bruno. Mola eso de que les pongan nombre a las borrascas. La tempestad amainó lo suficiente como para que Carme Forcadell viajara a Mallorca, que lo de venir de Barcelona en escoba no debe ser fácil con tanta ventolera. La Bruja del Este venía con la escoba entre las piernas volando sobre las nubes —no les cuento la teoría de por qué las brujas volaban en escobas y se colocaban con alucinógenos porque esta columna de opinión puede caer en manos de menores—. La cosa iba de que la presidenta en funciones del Parlamento catalán, presuntamente sediciosa, prevaricadora, malversadora de fondos públicos y más rebelde que Jeanette en su más dura adolescencia, se dejaba caer por Palma el pasado jueves. La primera parada la hizo en el Parlamento Balear invitada por su colega Baltasar Picornell. La visita oficial de Forcadell al Parlamento pasó con más pena que gloria. Allí no apareció ni Mocito Feliz. Más que una recepción institucional, bien pudiera haber pasado por un vis a vis entre los dos presidentes.

El gabinete de prensa del Parlamento —abochornado o perezoso, no tengo ni idea— tan solo difundió un raquítico comunicado de cuatro líneas y una fotografía del encuentro. La foto es peripatética, digna de entrar en los anales del terror gótico del siglo XIX. Ante un Parlamento completamente vacío posan la Bruja del Este, Balti desmelenado, barba puntiaguda y vestido de negro, lo que le da un aire a lo Vlad Tepes, y una señora que no conozco y que parece la ama de llaves de Rebeca, o una que han calzado de escopeta no vaya a ser que el vis a vis se desmande, o una turista de Cuenca que pasaba por allí y quiso salir en la foto. Nivelazo.

Después del paseíllo por el Parlamento, la Forcadell pilló la escoba para plantarse en el Teatro Principal, que era dónde estaba el aquelarre de verdad. Los de la Ruina Palurda Catalufa —antes Obra Cultural Balear— habían montado un reparto de premios para coleguillas, un fiestorro que organizan desde hace tres décadas porque les dejan el teatro público, la televisión autonómica paga la producción y retrasmisión, y el Gobierno balear les abona el impuesto revolucionario. Este año el sarao iba de premiar a los Jordis, de mucho bla bla bla indepe y de aplaudir como miembros del PCUS a la Forca, que saludó al respetable en plan Maria Antònia Munar cuando aún se paseaba en calesa. ¡Qué manera de aplaudir! ¡Yo pensaba que no vería mejor palmera que Marga Prohens en los tiempos en los que José Ramón Bauzá era presidente! La muchacha se desgañitaba en el Parlamento hasta que le humeaban las manos. Vamos, que le podías freír un huevo en la palma de la mano. Eran otros tiempos, ahora tiene nuevo jefe.

Los de la OCB les dieron un premio a los Jordis, los dos tipos esos —uno chiquitín y pelma y otro con pinta de jarrai— que se subieron con un megáfono a un coche de los picoletos porque son «hombres de paz», igualico que Zapatero dijo de Otegui. Claro, esto es lo que pasa cuando uno abre la veda, dice una tontá y luego todo el mundo se pone a repetirla. Pero la Forca no fue la protagonista de la noche, no señor. Le dieron un premio a un tal Antoni Artigues, individuo que no conozco y que dicen es doctor, filólogo, profesor de la Universidad de las Islas Baleares y no sé qué de una compañía de teatro. La verdad es que yo le vi pinta de labriego chungo a lo Pascual Duarte, aunque no acostumbre a juzgar a las personas por su aspecto. Sube al escenario, se pone a hablar en plan Barragán —al principio creí que era un actor haciendo una broma— y suelta algo tan profundo como que los “fachas del PP, de Siudadanos y del PSOE…». A este paso los doctorados de la UIB van a valer una puta mierda o los acabarán vendiendo en los todo a cien de los chinos. Lo bueno es que Miquel Ensenyat, el presidente del Consell de Mallorca, y Balti —que no sabemos si fue de paquete en la escoba de la Forca— aplaudieron a lo Prohens. No sé qué pensara la presidenta Francina Armengol de que sus socios jaleen a un tipo que la ha llamado facha, porque, hasta dónde me alcanza el conocimiento, ella también es del PSOE, por mucho que le duela la E.

Lo más grande del aquelarre fue el discurso de Jaume Mateu, el puto amo nigromante del cotarro, un tipo que preside la supuesta Obra Cultural Balear y que reniega de su propia tierra. Incapaz de pronunciar un sencillo Islas Baleares optó por expresiones ambiguas como «archipiélago», «tierra rodeada por el mar» o una roñosa «islas». Tan traidor y vendido ha acabado que se avergüenza del nombre de la tierra que le vio nacer. Y a este elemento le pagamos la fiesta con dinero público. Para el año que viene propongo que repartan camisas pardas y al salir del teatro marchen por las calles con antorchas. Ya de paso, que apedreen las tiendas de los charnegos.

En Baleares —B-a-l-e-a-r-e-s, no es tan difícil— sufrimos una indigestión de buena parte de la izquierda chiriperrofláutica indepe. Te revuelven las tripas de una manera que no te quitas las caguetas ni con una lavativa de salfumán. Otro ejemplo de políticos apoyando a delincuentes lo hemos tenido también esta semana con la presencia de, Aurora Jhardi y Aligi Molina, regidores podemitas del Ayuntamiento de Palma, y de la directora del Institut Balear de la Dona, Rosa Cursach, en un acto de apoyo a los cinco condenados por irrumpir en plena misa en la iglesia de Sant Miquel en el año 2014. De los niñatos tarados no voy ni a hablar, ellos sabrán lo que hacen. Si tienen huevos, ovarios o lo que sea en medio de las piernas que se vayan a montar el jari a una mezquita. Lo de los políticos defendiéndolos es penoso. Otros que se han ganado cum laude un doctorado de la UIB.

Lo que pasa es que a los del govern de la gent les pierde hacerse la foto y bailar la conga. El pitorreo ha sido máximo con la movida del Túnel de Sóller. El jueves por la noche Armengol, Ensenyat y toda la tropa citaron a los medios de comunicación a las once de la noche en la entrada del túnel para celebrar que por fin se elimina el peaje y es gratis. Bueno, lo de gratis no es exactamente así porque han aflojado 20 millones de euros de nuestros bolsillos a la concesionaria. Hay que tener mala baba para emplazar a los pobres periodistas en pleno invierno, en Navidad y a esas horas para hacerse la foto de propaganda. Los de la concesionaria le reventaron el acto porque pasaron de todo y levantaron por su cuenta la barrera a las dos y media. ¿Creerán que se suspendió la tontería? No, para nada. Siguieron adelante a pesar de que ya nada había que hacer allí más que el moneot y pasar frío. Armengol quería la foto y la tuvo.

Antes de acabar quiero dedicar unas palabras dos amables lectores. El primero, firmante como Deodato, me apremiaba a una conclusión a mi artículo de la semana pasada pues la echaba en falta tras la «prolija exposición». Deodato, la conclusión a la pregunta «¿qué ha pasado para que un señor ridículo prófugo de la justicia, una pandilla de personajillos encarcelados y un grupúsculo de desharrapados de flequillo imposible hayan ganado unas elecciones?», es sencilla: nos hemos vuelto gilipollas y nuestra sociedad está enferma. El diagnóstico es fácil, otra cosa es el tratamiento que le demos. Eso daría para muchos artículos.

Otro firmante como Chocolate Espeso —gran pseudónimo, en serio— me tildaba de tendencioso a raíz de una noticia que escribí para mallorcadiario.com sobre la gala de la OCB. Me comentaba: «Un poco tendenciosillo sr periodista. Si IB3 quiere retransmitir es normal que pague los gastos de producción y emisión. Eso no significa que a la OCB la fiesta le haya salido gratis, a no ser que la hayan pagado vía subvención de este maravilloso pacto de regreso que tenemos. No estoy a favor de estos vendidos a los catalanes, pero tampoco de la tergiversación de los hechos». Tendenciosillo, no, un poco picajoso, tal vez. Agradezco su comentario, Sr. Chocolate Espeso. Le ruego que me permita matizar un par de cosas. He trabajado diez años en IB3, he sido director de IB3 Ràdio y me he dedicado a la producción de espacios televisivos con mi empresa, he pagado nóminas y me he jugado los cuartos. Le aseguro que no hay nada gratis en la televisión. Hay que localizar, iluminar, sonorizar, alquilar la unidad móvil de realización, pagar el coste de la fibra óptica o de la señal satélite según sea el caso, del proveedor del servicio de emisión, de las nóminas de operadores de cámara, productores…. No es poca cosa. Y le aseguro que cada minuto de emisión se paga. Si uno quiere emitir un programa en un canal de televisión debe pagar lo que se conoce como «ventana de emisión», un alquiler, para que nos entendamos.

Bueno, creo que por hoy —y por este año— ya está bien. La semana me deja un sabor amargo porque ha fallecido Pedro Osinaga, gran actor con rostro de boxeador aniñado y voz nasal. Guardo un cariñoso recuerdo de su persona porque de niño lo vi en el añorado Teatro Rialto. Era la primera vez que iba al teatro. La obra era la popular comedia de enredo Sé infiel y no mires con quién. Osinaga pertenece a esa raza de actores incansables que mantienen vivo el teatro, un negocio que en demasiadas ocasiones tiene mucho de ingrato y poco de negocio.

Apuren las últimas horas del año. Pásenlas como buenamente puedan. Molts d’anys. Me gustaría tener el don de la clarividencia para asegurarles que todos sus buenos deseos se cumplirán. Pero esa es otra historia…

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