¡Viva España!

Si usted, estimado lector, ha contestado esta exclamación con otra Viva España, es que hemos coincidido en celebrar la Fiesta Nacional, que como tal se reguló por ley en 1987. Antes tuvo otras identidades. La historia nos recuerda que, la de hoy, es la evolución de la celebración del día del Descubrimiento de América, del día de la Raza, día de la Hispanidad, día del Encuentro de dos Mundos, y el día de la Lengua Española. Este último fue instituido por la ONU en 2014. Somos españoles y a mucha honra. Nuestra tierra, patria, país, nación o como lo quiera llamar, es una de las comunidades humanas más interesantes que la civilización ha dado en esta parte del mundo. Celtas, iberos, romanos, germanos (Godos), musulmanes y moros, cristianos y judíos. Patria de los primeros reinos de Europa que se unieron en un frente común (las Navas de Tolosa, en 1212), Un reino que unió al resto de reinos (Isabel y Fernando), que buscó y encontró un nuevo continente, un nuevo mundo (Colón, 1492), que lideró la unión de toda la cristiandad consiguiendo parar el avance del imperio Turco (Batalla de Lepanto, 1571),  y que dio al mundo 150 años de gloria (siglo de Oro) donde las artes, las letras y las ciencias desarrolladas en España y en la Nueva España consagraron nuestra lengua común, nuestra religión  y nuestra cultura social. Hoy, España, es la suma de muchas tribus, culturas, lenguas, religiones e ideas políticas. España es la mejor nación del mundo para vivir. Tenemos el mejor clima de toda Europa. Somos el país más alegre, divertido y con mejor sentido de la vida. Donde mejor se come y se bebe. Donde todos son bienvenidos. Donde todos se respetan, sean ricos o pobres, de derechas o de izquierdas. De cualquier sexo o de cualquier condición sexual. Por todo ello, hay que estar orgullosos de ser españoles.

Pero no todo es perfecto. También tenemos muchos defectos. Debemos ser la única democracia que permite a partidos que desean romperla. Una Constitución que permite la existencia de quienes atentan contra ella. Un país, en el que los delincuentes tienen más derechos que las víctimas. Un país democrático gobernado, hoy en día, por una coalición de partidos antidemocráticos, antiespañoles y antipatrióticos.

El ciudadano es patriota por nacimiento en una patria. Otra cosa es que el ciudadano rechace esa patria y defienda una distinta, a pesar de beneficiarse de la que le acoge. La patria es la madre, los ciudadanos somos sus hijos. Aunque esa patria sea una prostituta, un gay, un asesino o una ladrona. Que de todo hay en la viña del Señor. Pero el patriotismo es la definición de los actos de un sujeto que defiende a su patria de nacimiento o de residencia. La máxima acción patriótica es morir por defender la patria y a sus hijos. En la democracia, el patriotismo, se demuestra cuando una persona está dispuesta a morir por defender los derechos de sus conciudadanos, aunque sean de mentalidades distintas a la suya. Es decir, que un patriota de derechas, estará dispuesto a morir por defender a un patriota de izquierdas. En muchas películas en las que sale un presidente de los Estados Unidos, siempre hay una escena en la cual un patriota le dice al presidente: yo no le vote. Pero moriré por defenderle.

Tanto en español, en francés, en inglés, en alemán y en italiano, el concepto de antipatriota designa a la persona que se opone a su nación o patria y que se define él mismo como internacionalista y antinacionalista. Es decir, los que se definen como comunistas, marxistas, leninistas o sanchistas. Los nacionalistas que desean salir de la nación, para crear su propia nación. Los separatistas que se benefician de la nación, pero que desprecian sus principios, sus valores y desprecian a sus seguidores. Los que afirman que la patria es un solar y la bandera un trapo. Y ese es el problema que hoy volverá a la actualidad de la mano de los nostálgicos  del franquismo, de la España de Pelayo, la de la defensa de Numancia. La de los Tercios de Flandes y de la Conquista de América. Pero también lo será de los que dieron a los pueblos indígenas del continente americano la cultura, la religión, el derecho y la sociedad moderna que fundó España. Los que alaban a los españoles, que fueron considerados los mejores militares del mundo. Los escritores, los músicos, los pintores y los humanistas.

Mientras unos dicen y dirán que no hay nada que celebrar, otros seguiremos defendiendo nuestra historia, incluso la más triste y negra, en la defensa de la democracia que les permite a esos antipatriotas seguir insultándome y agrediéndome con sus mentiras y sus actos en contra de mi sangre, mi familia y mi historia.

España es España, gracias a los españoles y hoy en día, también gracias a los que llegados de otras naciones han preferido vivir en la nuestra. Por algo será.

 

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