Con el play off de ascenso, terminará el domingo oficialmente el campeonato de liga de segunda división A, aunque algunos, entre los que no está el Mallorca, ya se han puesto las pilas. Mientras aquí debatimos sobre el cese de Miguel Angel Nadal, tan cantado como intrascendente, intentando hacerle quedar bien por si la familia se enfada, otros clubs perfilan con urgencia sus proyectos. No es casual que el Valladolid ya haya fichado a un buen entrenador, como es Paco Herrera, ni que el Real Oviedo haya golpeado con triple efecto al fichar a Fernando Hierro para su banquillo porque, al margen de que lo haga mejor o peor, sólo su nombre garantiza tres mi altas de abonados y una enorme influencia en el Real Madrid y en la Federación Española de Fútbol.
Esta ha sido la temporada más fácil tanto para subir como para no descender desde que se amplió la categoría a veintidós equipos. Pero la 2016-17 volverá a ser de las duras porque a los tres equipos que no superarán la última eliminatoria, se sumarán entidades potencialmente poderosas como las dos citadas en el párrafo anterior más Osasuna, Zaragoza, y alguno de los tres descendidos. Y eso sin contar a otros candidatos menores como el Tenerife y el Elche.
Vale, las prisas con malas consejeras, pero un porvenir con Fernando Vázquez en el banquillo, el interés en adquirir en propiedad a Aveldaño, lento, con 33 años de edad y uno de los fijos de una defensa insegura y vulnerable, no son buenos indicios ni revelan la apuesta que se intuye detrás de los veinte millones desembolsados por Robert Sarver. Al menos a falta de otros datos que, pese a las promesas de transparencia, aún no se han revelado.