Informaba ayer mallorcadiario.com de la abusiva ubicación de tumbonas y parasoles en la playa de Alcudia, que apenas deja espacio para pasear por la arena. Se trata de un abuso por parte de la concesionaria del servicio que debe haber creído que la playa es suya, cuando en absoluto es así. Algunos creen que pueden hacer lo que les da la gana, pero existe una legislación que cumplir y unas condiciones de la concesión a respetar. Los empresarios que incumplen la normativa deben sufrir las consecuencias, pues los hay que no temen el castigo porque los beneficios que acumulan durante la temporada estival supera con mucho la cuantía de una eventual sanción que es muy poco probable que las autoridades acaben por imponer.
Hace unas semanas Podem Eivissa alzó la voz hace algunas semanas para denunciar el "secuestro" de las playas por parte de negocios privados. Efectivamente, la costa y aún más la playa es de dominio público y su ocupación no puede hacerse al capricho de quienes explotan concesiones, restaurantes o beach-clubs. Son muchos los que ocupan mayor superficie de la autorizada, con muchas más tumbonas de las permitidas, dejando que el espacio libre al público quede como algo anecdótico. Debe ponerse freno a los abusos playeros.
Además, hay hoteles que reservan las hamacas y tumbonas de la playa adyacente para sus propios clientes, lo que hace que los residentes o los visitantes que se hospeden en otros alojamientos más alejados en la práctica no puedan disfrutar de los servicios de esas playas. Esta práctica también debiera ser objeto de limitación o de prohibición. Nadie debe apropiarse de las playas para su uso privativo.
