Estamos presenciando una nueva manipulación informativa que rodea al caso Andrea, la niña de 12 años hospitalizada en Santiago de Compostela aquejada de una enfermedad neurodegenerativa ante la petición de sus padres acerca de la interrupción de la alimentación e hidratación de su hija con el objetivo de provocarle la muerte.
Algunos medios de comunicación se posicionan , no son tintes ideológicos, para reclamar la llamada “muerte digna”.
Hasta el día de hoy , según las informaciones facilitadas, la niña no requiere en este momento soporte mecánico para mantenerse con vida , intentando manipular diciendo que una trombopenia sería motivo para retirar estos medios, carece de cualquier fundamentación médica. La trombopenia puede constituir un riesgo vital, pero en sí misma no es una causa de muerte.
Retirar la alimentación e hidratación a cualquier persona en estas circunstancias médicas, carece de cualquier justificación ética y Adela no está sometida a terapéuticas extraordinarias que pudieran calificarse como “ensañamiento terapéutico”.
Y por lo tanto, proponer quitarle a la niña la hidratación y la alimentación, sobre todo la primera, conllevaría sufrimientos intolerables para la paciente. Dejar morir a un enfermo de hambre y de sed no puede de ninguna forma calificarse como una muerte digna.
Se está utilizando este caso, por determinadas instancias políticas, para promover acciones favorables a la legalización de la eutanasia, como ha hecho esta semana Pedro Sanchez, Secretario General del Partido Socialista de España, retuiteado por sus correligionarios en Baleares , y me parece una manipulación intolerable tanto desde el punto de vista político, como médico, sociológico y ético.





