Adiós Sr. Bauzá

Si, adiós Sr Bauzá. El análisis de la acción de gobierno de los últimos 4 años genera opiniones variadas y encontradas. Pero desde la reflexión, el camino que sigue a una política personalista y radicalizada, con nefastos resultados electorales, entiendo, que solo puede ser el de la despedida. Debe irse, donde quiera, pero en cualquier caso, fuera de los órganos de representación política y partidista.

No me queda ninguna duda que ha trabajado intensamente. Que se ha comprometido con las actuaciones que creía más convenientes. Que los resultados macroeconómicos son favorables. Que ha sabido mantenerse firme y no le ha temblado el pulso ante algunos grupos de presión e interés que no se lo han puesto nada fácil.

Pero no es menos cierto que ha vivido fuera de la realidad. Que ha estado envuelto por un entorno tóxico y rodeado de malos influjos. Que ha sido hostil con muchas personas buenas. Que ha sido duro con los débiles y débil con los poderosos.

Que se ha enfrentado a grandes sectores por causas menores y que ha indignado a una gran parte de la ciudadanía. Entre ellos, a la mayoría de las sensibilidades que le apoyaron dentro del propio partido, le auparon a la presidencia y le han dado soporte. Y por si fuera poco se ha dirigido a sectores estratégicos, como la educación y la sanidad, con desprecio, a rumbo de colisión.

Es público y notorio que ha mostrado manifiesta incapacidad en hacer un buen diagnóstico de situación. Y sin un diagnóstico acertado no es previsible un buen tratamiento. La extrema rigidez en la aplicación de acciones políticas de gran calado programático le ha debilitado. Precisamente la fortaleza de acción se acentúa con la flexibilidad. La dureza y la fragilidad en muchas ocasiones son propiedades antagónicas. Y si no, que se lo pregunten al cristal.

En el área política, se ha rodeado de personajes de medio pelo, estos mismos que hablaban por usted, confundían por usted; estos que en demasiadas ocasiones faltaban a la verdad y enredaban en su nombre. Si, los mismos que veían gigantes donde solo había molinos y que eran capaces de encontrar obstáculos donde solo había remedios. Los mismos que no han sabido diferenciar el verde del rojo…, hasta el mismo tortazo final. Los mismos que continúan buscando culpables, cuando ya hace tiempo que es necesario trabajar en buscar soluciones.

En el área técnica, durante una gran parte de la legislatura, se ha apoyado en personas, con muchas y honrosas excepciones, manifiestamente incapaces de desarrollar las competencias que se les asignaban. Cargos insuficientemente preparados que empobrecían sectores hasta en los momentos en los que se les asignaban más recursos.

Ha sido incapaz de enriquecerse en la diversidad y ennoblecer sus políticas desde la discrepancia. En no pocas ocasiones ha liderado campañas de exclusión, en otras las ha alentado y en la mayoría de ocasiones las ha permitido, mirando con suma facilidad hacia el otro lado. Ha dado la espalda a demasiados colaboradores leales, eficientes, justos, implicados, honrados y les ha dejado por el camino.

El resultado no le puede sorprender. Era fácil de intuir. Pero resultaba más gratificante escuchar y dejarse embaucar por los salva-elecciones, de los que se rodeó a modo de cordon sanitario con la sociedad.

Sin embargo, la realidad ha coincido con lo previsible. Ingentes apoyos electorales históricos, comprometidos con los principios, por primera vez, se han quedado en casa. Cuatro de cada diez. Se dice rápido. Más de 70.000 votantes perdidos desde 2011. El 40% de los votantes apostaron por no renovarle la confianza. Y el PP balear, con apoyos que habitualmente superan la media nacional en 10 puntos, se ha quedado 2 puntos por debajo de la misma. El sistema electoral y las alianzas han propiciado el resto. El resto de fuerzas se han repartido con facilidad las inevitables consecuencias de su derrota. Los peores resultados del PP balear de toda su historia, llevan su firma. Sr Bauza no puede seguir un día más.

Muchos de los votantes tradicionales, conscientes que de esta acción podía derivar un gobierno alternativo, con políticas no deseadas, han esperado hasta el final. Un ejercicio realista y creíble de autocrítica hubiera suavizado la tendencia de desafectos. Pero se han encontrado, a lo más, gestos interesados, trato pueril y soberbia.

Muchas son las variables que han contribuido a la gran debacle electoral pero la responsabilidad recae sobre el cabeza de lista, sobre todo si se ha jugado al “rol”, a su “rol”, en una legislatura viciada por su corte de disparatados apoyos y burlescos aduladores.

Pero a estas alturas ya no está en juego el gobierno local y autonómico; se han perdido. Está en juego la dignidad del líder y el futuro del partido. Y en estos ámbitos no se habla de votos. La dignidad no se gana con las victorias, ni se pierde con las derrotas. De hecho, la historia está desbordada de victorias indignas y de derrotas edificantes. Los ciudadanos de a pie les debemos y nos debemos, en mayor medida, a estas últimas.

La dignidad se gana con la coherencia personal, con la sintonía entre el discurso y los hechos, con los equipos empáticos, solventes y libres, con el fortalecimiento de la representación y la participación, con el respeto, con la humildad; la dignidad se gana con la cercanía y la confianza.

Y si nos atenemos a los resultados, el PP ha espantado a su electorado. Si nos atenemos a los principios ha sido excluyente con muchos de los que no piensan como usted dentro del mismo espectro sociopolítico.

Y ha llegado el momento de irse, de cumplir la última palabra, -“en la política se está de paso; cuando uno pierde se va a casa y no pasa nada; no voy a irme a Madrid-; sin ir más lejos, la argumentación de la campaña y la última afirmación de la noche electoral.

No es nada personal Sr Bauzá, pero soy de los que piensan que su presencia sigue deteriorando la imagen del partido. Para no dañar la imagen y las expectativas de futuro de la organización que le ha permitido presidir la comunidad balear, es necesario que se vaya. La cámara alta es un refugio y no casa con su discurso. La dignidad se recupera, en general, pero especialmente, a estas alturas, cumpliendo la palabra. De lo contrario, ¿Quién puede volver a creerle?

Suscríbase aquí gratis a nuestro boletín diario. Síganos en X, Facebook, Instagram y TikTok.
Toda la actualidad de Mallorca en mallorcadiario.com.
Deja tu comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Más Noticias