Los partidos políticos presentes en el Pacto de Toledo, con el PP al frente, han rechazado la propuesta del Gobierno de retrasar la edad de jubilación. Unos votos antes que responsabilidad. Esta es la única lectura de esta postura, absurda donde las haya. España puede culpar al Gobierno de haberse retrasado demasiado en la toma de decisiones para controlar el gasto y salvar lo que se pueda del estado del bienestar. Pero, cuando finalmente se decide a abordar los retos pendientes, no podemos oponernos a lo que es inevitable. El sistema de pensiones de este país no es viable. Se puede decir de muchas maneras, pero esa es la realidad. Nuestra Seguridad Social ya estaba mal en el 2000 pero la entrada de inmigrantes supuso una pequeña prórroga para mantener el sistema. Pero, o tomamos medidas serias, aunque sea un poco más tarde de lo deseable, o esto no aguanta. Y ahora, cuando el Gobierno propone una de las medidas que sí es necesaria, es el retraso en la edad de jubilación -desde luego, no lo único que se puede hacer-, el PP dice que está en contra. Y estamos a más de un año de las elecciones. El oportunismo debería tener un límite. Lo ha practicado el Gobierno y ahora lo lleva a cabo la oposición. Mientras, esto sigue a la deriva.





