Ustedes verán: quería escribir este artículo a modo de despedida. No, aún no me han invitado a marcharme de Mallorcadiario, pero estoy pensando que hoy, mientras usted lee esta pequeña reflexión, yo debo de estar celebrando que soy millonario. O que soy el jefe de esta casa. Tengo todas mis esperanzas puestas en el sorteo de la Lotería pero porque me lo merezco: me han recortado el sueldo, he perdido una colaboración que hacía con un repartidor de paquetería y no quiero decir en qué términos económicos estaba en Mallorcadiario porque en realidad yo lo acepté. O sea que me parece elemental que quien lleva un año negro, tiene hoy derecho a tener suerte y salir premiado. Y como creo que soy de los pocos que puede presentar este balance, seguro que mientras usted lee esto, yo estaré contando los billetes, o haciéndome una idea de cómo será mi vida futura. También existe la posibilidad de que el gordo caiga en Mallorcadiario. En este caso yo no sería premiado, pero como espero que los agraciados dejen de trabajar, yo pasaré a ser el nuevo director de esta publicación, a la cual le meteré mucha marcha, mucha vidilla. Ya está bien de noticias de política. Esto tiene que notarse. Pero de todo esto hablaremos en los próximos días.
