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A mí lo que me parece es que durante estos días de Navidad andamos sobrecargados de mediocridad, la verdad. Bueno, seamos justos: en estos días y en todos los días, años, lustros o décadas. Existe un tal abigarramiento de vulgaridad que me induce a pensar que algo no funciona como
Ya sobradamente entrados en el siglo XXI, las normas que regían el comportamiento de la sociedad para el mejor bienestar de los ciudadanos han sufrido un substancial desplome, descendiendo a niveles jamás sufridos por la humanidad. Un esperpéntico índice de egocentrismo general se ha apoderado del pueblo y el bien
Eso mismo me pregunto yo: ¿Qué pasa con la música? Sinceramente, nunca en la vida me había planteado este interrogante; jamás de los jamases había transitado por mi sobria mente ni una sola duda al respecto. Entonces, la pregunta, las preguntas son: ¿Por qué, a día de hoy, tal incertidumbre
Bueno, venga, ánimos, que ya hemos entrado en diciembre: turrones, Constituciones, Inmaculadas, langostinos y besugos, comidas de empresa y amigos invisibles, uvas y espantasuegras, días más oscuros, calefacción a tope y zapatillas felpudas, nieve y cuñados, villancicos y belenes laicos… y toda la parafernalia de amistad, “vuelta a casa por
Escribo estas breves notas bajo el influjo directo de un firme y enérgico vendaval de viento. Vale, vale, ya lo sé: me acabo de dar de bruces con una ineluctable redundancia ya que, por propia definición, el vendaval viene a ser un festival de viento y, en consecuencia, subrayar con
En acabando de regresar de mi vigésimo periplo por (prepárense, que les lanzo un par de tópicos para que se queden tranquilos) “la Gran Manzana” o “la ciudad de los rascacielos”, oséase, Nueva York, me veo en la obligación de ilustrarles sobre algunas de mis humildes observaciones de entre las
Dícese del verbo plagiar que consiste en copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias. Entiendo que la comisión de esta acción que, según el Codigo Penal español, es constitutiva de delito, adquiere su máximo esplendor en lo referente a la literatura y a la música, aunque, a ratos,
Advertencia previa dirigida a aquellas personas que se dispongan a leer este artículo: que sepan que les acabo de meter un golazo por la escuadra. Imagino que a ustedes, lectores, les pasará como a mí, que arrastro una hartura considerable con la ingente cantidad de artículos o comentarios referidos al
No suelo ir, jamás de los jamases, a espectáculos de masas. Me da repelús verme rodeado de vulgo por todas partes; díganme elitista si les place; no me importa. Los estadios de fútbol me producen pánico, propio y ajeno. Cientos de miles de seres humanos (más humanos que humanas) vociferando
Lo que, ahora, en estos momentos, los chiripitifláuticos de turno, los de pose psicodélica y peinado borde, aquellos que cursaron estudios y hasta se licenciaron o consiguieron su doctorado en la ya clásica UdP (Universidad de Papanatas), le denominan week end, no es otra cosa que —antes de la colonización
Me confieso un recalcitrante admirador de las lenguas y un acérrimo y tenaz defensor de su diversa y heterogénea existencia en el mundo. Según el diccionario de la Real Academia Española, la lengua es “un sistema de comunicación verbal, y casi siempre escrito, propio de una comunidad humana”. No cabe
Estamos en la mitad del mes de octubre del año del Señor 2024 y ya hay gente que sueña con poder acercarse a las montañas con el objetivo de tirarse vertiente abajo por la nieve.