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Los jugadores profesionales de fútbol (básicamente aquellos que militan en la Primera División de la Liga) marcan la orientación lingüística que más tarde rige en toda la sociedad. Ellos señalan las pautas a seguir —mediante sus declaraciones a los medios de comunicación— y el público, gregario siempre, recoge sus locuciones
Felicítenme ustedes porque estoy de enhorabuena: me han regalado un queso. Así, tal como lo leen. Desde mi niñez he sentido una gran pasión por este manjar tan apetitoso, atractivo y, si me apuran, nutritivo. Se tiende a pensar en conceptos universales que preocupan a la humanidad: el trabajo, las
Mi mente, ya algo senil, atesora recuerdos gráficos de algunos de los agricultores que se cruzaron en mi vida durante mi adolescencia y juventud. Campesinos, payeses, agricultores, labradores; ¡qué más da! Allá por los años cincuenta y sesenta todavía circulaban por la vida rural alguno de estos ejemplares de hombres
Hoy, si ustedes me lo permiten, me abstendré de hablarles de ligerezas tales como las posibilidades de Kamala Harris en USA, la sujección de Sánchez en el sillón de la Moncloa, la condena del presunto (o ya no tanto) descuartizador de Tailandia, el concepto de racismo de Vinicius o los
A veces me siento. No me siento alegre ni me siento triste; ni deprimido ni eufórico; ni me siento bien ni me siento mal. Simplemente, me siento. Me siento en una butaca, en un sillón, en un sofá e incluso, si se tercia, me siento en un taburete. Sentarse es
Tres ejemplos: Una iglesia abarrotada de invitados. Un altar repleto de lirios blancos. Rito católico. Un sacerdote ataviado a la usanza. Un par de tortolitos casaderos. “Emeterio, ¿quieres por esposa a Herminia, en lo bueno y en lo malo, a las verdes y a las maduras, hasta que la muerte
En el momento de escribir este papel, faltan sólo unas pocas horas para que se clausuren oficialmente los Juegos Olímpicos de París, capital de la Francia jacobina. Durante esta cuenta atrás ya he empezado un lloriqueo constante que nubla mi mirada y me tortura el cerebelo con espesas tinieblas de
Hace un par de días, exactamente dos, a un amigo, muy amigo, muy amigo, casi íntimo pero sin roce (de momento), le robaron el móvil en Barcelona. A ustedes, amables lectores, no les puedo engañar: cuando mi amigo, muy amigo, me confesó que había sido víctima de tal acto delictivo,
A estas alturas de la vida, uno —que ya empieza a vislumbrar de cerca las malvas que dentro de un rato se verá obligado a criar— se deja de memeces intrascendentes y va al grano. Si en alguna cosa estoy de acuerdo conmigo mismo es en la inutilidad absoluta de
Me parto de la risa de la tía Felisa cada vez que, con periodicidad acelerada, algún botarate más o menos famosín suelta por esa boquita la memorable expresión “yo soy amigo de mis amigos”. Lo suelen arrojar en cuanto se les pregunta por su esencia como persona: “me gustan los
En cierta ocasión, el gran pensador nepalí Tow-Xi-Huang escribió en uno de sus libros que “el azar se mueve por azar”. La frase —que no es nada del otro mundo, la verdad— contiene un profundo mensaje que, ahora mismo, no viene al caso pero lo cito para que ustedes se
Debido a, o a causa de, las elevadas temperaturas a que la insensata canícula nos somete —sin ninguna consideración por parte de la Madre Naturaleza (a la que quiso, ingenuamente, doblegar don Simón Bolivar, el Libertador sudamericano, ejemplo de clarividencia y gilipollez insana)—, la mente se nos nubla (como quien