Ahora me he perdido. A ver: ¿pero no era que aquí defendíamos el castellano y después teníamos la lengua indígena? ¿Pero no fue el presidente a Madrid a contar que lo nuestro es la lengua del imperio y que también, por cierto, había una segunda lengua? Entonces, si esto es así, cosa que yo, que soy un crédulo, me tragué, ¿qué hacíamos ayer con Artur Mas, diciendo que lo nuestro es la promoción del catalán? Ustedes verán: casi les diría que me da igual. Digamos que a mí me da igual lo que hagan, pero lo que no puedo entender es que dependiendo del interlocutor estemos con una postura o con la otra. No quiero pensar qué pasaría si nos viene a ver el lehendakari López. O el embajador chino. ¿Acierto si me atrevo a adivinar que las posturas en todo esto no están precisamente bien definidas?
