Les dije ayer que escuché el martes a Mateu Isern en un programa de televisión, hablando de la tremenda situación que tiene el ayuntamiento, unánimemente reconocida como menos grave que la que tiene el Govern. Isern nos decía que Cort prácticamente tiene 5.000 trabajadores. Y hablando concretamente de la EMT, señalaba que la empresa pierde 32 millones de euros anuales. Naturalmente, todo el mundo admite que un servicio público de transportes ha de perder dinero, o puede perder dinero, pero 32 millones de euros son 106 euros por palmesano, lo cual parece bastante excesivo. Y yo pregunto: ¿había muchas quejas en Palma hace cuatro años por los servicios de la EMT? La respuesta debería ser que por entonces había tantas críticas como hoy: ni muchas más, ni muchas menos. Entonces, ¿puede alguien explicarnos qué sentido tuvo ampliar la flota en 50 nuevos autobuses y contratar más de 100 conductores? ¿Quién hizo los números para esta decisión, en una sociedad que ya estaba en el caos financiero?
