Ya hay un compromiso público de Francina Armengol del tono y perfil que tendrán los complicados presupuestos autonómicos para 2017. Un escenario que, como ya se viene explicando desde hace meses, es especialmente complicado. Hacer las cuentas autonómicas sin saber qué dinero comprometerá el gobierno Central es casi tan arriesgado como jugarse toda la nómina en el Bingo.
En esas está el Govern de Francina Armengol. Ayer la presidenta hizo de presidenta y decisió tomar la iniciativa política a la vuelta de las vacaciones estivales convocando en el Consolat de Mar a los portavoces de todos los grupos parlamentarios. Fueron todos y todos escucharon en boca de la presidenta algo que, de cumplirse, acabará resultando ser una buena decisión. Los presupuestos de 2017 serán "prudentes en gastos e ingresos". Es lo que toca en las actuales circunstancias. Visto que lo de Madrid va para largo, Balears tiene que ir a la suya, hacer su camino y, por supuesto, sus presupuestos. Y deben ser prudentes. Y deben cumplir el techo de aumento del déficit del 0,5%.
En materia económica, está claro que obedecer la norma es una buena decisión. Políticamente también es un acierto porque así no tendrá que escuchar durante un año la canción ya oída del "la izquierda derrocha y todos lo pagaremos".
En resumen. Tendremos presupuestos nuevos, serán prudentes y cumplirán con el techo de déficit marcado. Ahora toca cumplir y destinar el dinero que venga a lo que toca y no a gasto corriente.
Por lo pronto, ya se lleva la foto con todos los grupos parlamentarios alrededor de la mesa. Algo quedará.



