Dice el exsenador socialista Joaquín Bellón que él ha presentado la dimisión de todos sus cargos de forma discreta, sin hacer ruido y ante los órganos del partido, porque no quería añadir más leña al fuego de un partido que hace aguas por todas partes, pero que no entiende como después de una derrota de tal calibre, sin parangón en toda la democracia, nadie es capaz de asumir la responsabilidad de lo ocurrido. El barco del PSIP-PSOE se hunde y como apunta el exsenador, en lugar de entonar el “mea culpa” resulta que “todos se van de romería tan contentos”, los unos a un lado y los otros a otro y aquí no pasado nada. Por eso, dimite y se queda como militante de base, porque no quiere estar en la dirección de un partido en la que los demás tienen una opinión totalmente contraria a la suya. Bellón ha sido muy crítico, tanto que entiende que es imposible seguir apoyando una línea política en la que no cree y unas decisiones que no comparte y por eso dice adiós, para alegría de unos y tristeza de otros, porque el exsenador socialista ha sido de los pocos que ha dicho siempre lo que pensaba, aunque con ello se haya granjeado numerosos enemigos dentro de su propio partido.
