Vivimos una época del postureo y la impostura más descarada y vergonzante. Debe ser la época inter electoral en la que estamos, salidos de unas elecciones y en puertas de otras. Se trata de equipos de gobierno ansiosos de demostrar su "nueva forma de hacer política", que dejan bien claro que se trata de más de lo mismo solo que enmendando muchas de las decisiones adoptadas por los gobiernos populares en los últimos años. Y también una preocupante extrema ideologización que les lleva a establecer prioridades más que alejados de las preocupaciones cotidianas de la ciudadanía. Que si la declaración de Palma antitaurina, que si las terrazas del Born, que si los caballos de las galeras… Vamos, política de nivel.
Un ejemplo de los más bochornosos que yo recuerdo es el de los agentes británicos Anderson y Williams. Si no fuera porque es rigurosamente cierto, todo parece sacado de una película de Berlanga, un chiste de mal gusto con tintes de estrambote. Ahora resultará que estos dos superagentes, esta pareja de ‘bobbies’ que se presentan en Mallorca el 10 de agosto, cuando la temporada está más que empezada y enfila la recta de salida, patrullarán por Punta Ballena y Magaluf durante una semana y luego por Sant Antoni de Portmany, donde harán lo propio por el West End.
Dotados de grandes superpoderes sobrehumanos, Anderson y Williams van a acabar con los desmadres de los hooligans y meterán en vereda a los borrachuzos indecentes que plagan nuestras playas y paseos marítimos para beber como camellos, fotografiarse con los genitales al aire y tirarse desde los balcones de sus habitaciones a la piscina del hotel.
Según la Delegación del Gobierno que comanda la inefable Teresa Palmer, que a este paso y con tanto disparate acabará haciendo bueno a su antecesor José María Rodríguez, quien al menos tenía la experiencia de haber sido conseller de Interior y algo sabía, estos dos fuera de serie podrán asistir a los veteranos agentes de la Guardia Civil en sus investigaciones cuando estén involucrados ciudadanos británico. ¿Cómo lo habrán hecho hasta ahora los abnegados agentes de la Benemérita hasta ahora, sin ‘bobbies’ a los que recurrir?
Los casi 2.000 efectivos que la Guardia Civil tiene en Balears verán su labor multiplicada gracias a la incorporación de estos dos agentes que con su sola presencia y gracias a su uniforme reglamentario de agentes de la Ley del Reino Unido sembrarán el orden y la paz allá donde vayan, aunque solo sea una semana.
Ya que el característico uniforme y casco de ‘bobbie’ son tan efectivos como se nos anuncia, ¿no sería mejor vestir a todos los guardias civiles de Palmanova y a los policías locales de Calvià con él?
Hay lugares donde en un punto negro de la carretera se coloca a maniquíes vestidos con el uniforme de la policía de tráfico para que los conductores no corran tanto. ¿Por qué no ponemos muñecos de cartón piedra vestidos como Anderson y Williams por todos los lugares conflictivos y vemos qué tal?
A menudo me pregunto si realmente nuestros gobernantes nos toman por imbéciles, como parece a tenor de los mensajes que nos envían, o si los imbéciles son ellos. Aunque como nos gobiernan democráticamente, esto es elegidos por nosotros, será más oportuno concluir que seguramente somos todo lo imbéciles que hace falta ser para tener a semejantes vendedores de crecepelo, producto inútil que nosotros compramos con entusiasmo. Y así nos va, calvos y sin dinero. ¡Cómo deben estar riéndose los vendedores!





