El Club Marítimo Molinar de Levante, el más antiguo de cuantos existen en Balears, a punto de cumplir sus 100 años de historia, necesita una solución que garantice su supervivencia como entidad deportiva sin ánimo de lucro. El proyecto de ampliación presentado en su día por la entidad cuenta el rechazo de los políticos que actualmente gobiernan. La Autoridad Portuaria de Balears denegó prorrogar la concesión, que caduca en 2018, y manifestó su intención de gestionar de forma directa los 120 amarres que el Club tiene en concesión, lo que supondría la asfixia económica del Club ya que sin la gestión de los amarres no podrá financiar sus actividades deportivas.
La presión social ejercida por la Plataforma “Al Molinar, Port Petit” ha sido grande porque son muchos los vecinos que no podían aceptar una ampliación como la propuesta por el Club, que desfiguraría la fachada marítima con embarcaciones de mucha mayor eslora que las existentes actualmente. Pero lo ideal hubiera sido encontrar un término medio que contentase a ambas partes.
Ahora, con el informe recientemente conocido del Ministerio de Medio Ambiente de una declaración de impacto ambiental favorable a la remodelación y mejora de las instalaciones según el segundo proyecto presentado por el Club, mucho más reducido que el primero, se añade más incertidumbre a la resolución del contencioso.
La Asociación de Clubes Náuticos de Baleares, cuya asamblea se celebró ayer en el CM Molinar para mostrar su solidaridad con la entidad, pide sensibilidad a la Autoridad Portuaria para que sea sensible con el trabajo de esta entidad y se garantice su superviviencia. Pero la APB, cuyo Consejo de Administración tiene la última palabra, no considera determinante el informe de Medio Ambiente, por lo que continuará con sus planes que pueden significar la desaparición del Club, cosa que ha de evitarse a toda costa.





