El alcalde de Calvià, Alfonso Rodríguez, es perfectamente consciente de las características de su municipio y del peso específico del turismo en su economía. Es por ello que del mismo modo, sabe que las medidas unilaterales en esta materia, si no se cuenta con el sector empresarial, está condenado al fracaso. Por ello plantea la necesidad, como primer paso, de convencer al sector sobre la problemática del abuso de alcohol por parte de los turistas, un problema recurrente de difícil solución. Es una evidencia que mucha gente que visita Mallorca y Calvià, singularmente algunos núcleos turísticos como Magalluf y Punta Ballena, vienen a divertirse sin límites y eso a menudo pasa por el consumo desenfrenado de alcohol y otras sustancias. Para cambiar esta realidad naturalmente que la Administración Local puede y debe actuar por la vía de dictar la normativa que más convenga. Pero eso no basta. Hay que implicar a todos los sectores sociales concernidos, hay que concienciar a los visitantes con campañas específicas para que eviten determinados comportamientos nocivos, incívicos y que incluso resultan peligrosos para su propia seguridad. Y, por supuesto, hay que acabar con determinadas prácticas que favorecen el consumo irresponsable del alcohol, cuando no lo incitan. La publicidad de bebidas alcohólicas en la calle, así como su consumo en la vía pública, debe ser limitado.
El aspecto de la regulación del “todo incluido” y de la venta de alcohol en los hoteles donde el cliente opta por dicha modalidad ofrece dudas legales y también prácticas, pues no parece que sea allí, en el interior de los establecimientos, donde los turistas general problemas, pues saben que si se exceden pueden ser expulsados del establecimiento. Y tampoco consta que se emborrachen en sus hoteles y luego salgan a la calle a causar problemas. De modo que el camino más efectivo y menos problemático es el de concienciar a los turistas en el consumo responsable y también a los empresarios, para que no dispensen más alcohol a aquellos clientes que ya presenten síntomas de embriaguez.
Acabar con el turismo de borrachera es trabajo de todos, no únicamente responsabilidad de un alcalde, porque de lo contrario será una meta imposible de alcanzar.



