Aina Calvo lleva varios días justificando su responsabilidad en el ‘caso picnic’. La alcaldesa no se siente responsable política de la contratación de los agentes medioambientales que captaban votos para UM porque, según ella, ha sido durante su mandato cuando se ha producido la denuncia. Por la misma regla de tres, Catalina Cirer no es responsable del uso fraudulento que hizo Rodrigo de Santos de la tarjeta de crédito del Ayuntamiento de Palma. Como todo el mundo sabe, Rodrigo de Santos malgastó 50.000 euros en clubs de alterne, pero el fraude de los agentes medioambientales ha superado el millón de euros. Además, no conviene olvidar que Cirer encargó las auditorías que posteriormente detectaron la irregularidad de Rodrigo de Santos, si bien es cierto que los resultados se conocieron cuando la dirigente del PP no era alcaldesa. O Cirer o Calvo son responsables o ninguna de ellas tiene responsabilidades políticas. Lo que no es posible es que sea Calvo la que determine responsabilidades en beneficio propio, con la ayuda del justiciero Grosske, pero que a la vez se considere mejor éticamente que el resto de dirigentes políticos, como ocurrió hace tres años con el episodio de Rodrigo de Santos. Cirer fue machacada por Calvo y compañía. La diferencia entre Calvo y Cirer es que la actual alcaldesa de Palma se benefició de la compra de votos por parte de Unió Mallorquina, mientras Cirer acabó en la oposición por estos mismos votos. Calvo se puede seguir justificando, pero muchos nos acordaremos que fue alcaldesa gracias a unos votos que se pagaban a 50 euros. Ejemplar señora alcaldesa.
