Hoy 31 de marzo es el Día Mundial contra el Cáncer de Colon y, por tanto, ningún otro más adecuado para reflexionar sobre esta enfermedad, grave pero prevenible.
El cáncer de colon es el tercero más frecuente en varones, tras el de pulmón y el de próstata y el segundo en mujeres, tras el de mama, pero es el primero en el conjunto de ambos sexos. Cada año se diagnostican en España cerca de 35.000 nuevos casos y fallecen unas 15.000 personas por este tipo de cáncer.
Se trata, sin duda, de una enfermedad con mal pronóstico si se detecta demasiado tarde, aunque las nuevas posibilidades terapéuticas han mejorado la supervivencia, incluso en los casos diseminados, pero el mensaje más importante a transmitir a los ciudadanos es que se trata de un proceso prevenible.
Este cáncer se detecta sobre todo a partir de los 60 años, con un máximo de incidencia entre los 70 y los 75. Los casos diagnosticados en personas más jóvenes, entre 35 y 55 años, suelen tener una predisposición genética y por ello es importante que todas aquellas personas que tengan antecedentes familiares de este tipo de cáncer, sobre todo en edades tempranas, informen a su médico de familia y a su equipo de atención primaria, para que puedan establecer un programa de seguimiento adecuado dirigido a la detección precoz.
Las personas que no tienen antecedentes familiares deben saber que existe una prueba de laboratorio para la detección temprana de este cáncer, muy sencilla y no invasiva, que consiste en la determinación de la presencia de sangre en heces, sangre que no se observa a simple vista, puesto que está en muy pequeñas cantidades procedentes de las lesiones precancerosas o cancerosas iniciales y que, por ello, la prueba se denomina sangre oculta en heces.
En el año 2009 el Ministerio de Sanidad y las Comunidades Autónomas llegaron al acuerdo de implantar programas de detección precoz antes del 2015. En Baleares se ha iniciado este año, el último del período, pero más vale tarde que nunca. Se llama “Programa de Detección Precoz del Cáncer de Colon y Recto de las Islas Baleares” y se realizará en dos fases a lo largo de cuatro años. Se enviarán cartas a las personas de entre 50 y 69 años sin factores de riesgo, remitiéndoles a una oficina de farmacia, donde se les entregará el equipo necesario para la obtención de la muestra que después deberán entregar en su centro de salud. En 2015 y 2016 se realizará en Menorca, Ibiza, Formentera y el sector Tramontana de Mallorca. En 2017 y 2018 en el resto de Mallorca. Se calcula que el total de personas atendidas por el programa será de algo más de 230.000.
A los pacientes cuyas muestras den positivo se les practicarán pruebas diagnósticas más complejas, a fin de descartar la presencia de lesiones cancerosas. Hay que tener en cuenta que solo un pequeño porcentaje de los positivos tienen realmente un cáncer colorrectal.
El programa es una extraordinaria iniciativa de salud pública que permitirá la detección precoz de un número no despreciable de cánceres de colon y recto, que podrán ser eliminados de manera fácil y rápida, ahorrando sufrimiento, salvando vidas y también dinero, ya que los costes de tratamiento de los tumores diagnosticados en fases más tardías son muy superiores.
El único aspecto negativo del programa, aparte de su implantación demasiado tardía, es su duración excesiva. Cuatro años es un periodo de tiempo demasiado largo para cubrir a la totalidad de la población concernida, ya que las recomendaciones internacionales aconsejan que la prueba se vaya repitiendo cada dos años, así que, lo lógico, sería que el programa se completara en dos años, para volver a empezar un nuevo ciclo de dos años.
De lo dicho se desprende que, por supuesto, el programa no puede ser algo único, una vez y no más, sino que debe permanecer como una prestación permanente del Sistema Nacional de Salud.




