Hace tiempo que sabemos que los partidos políticos actúan entre sus afiliados como agencias de empleo. No es necesario recordar ciertos ejemplos pasados y recientes ni cómo han terminado los empleados y quienes les colocaron.
No debería ser un asunto baladí como parece entender Cort ante la evidencia de que el actual gerente del IME (Institut Municipal de l’Esport) no cuenta con los requisitos que exige la normativa para ocupar este puesto sin que el hecho de que le hayan precedido personajes tanto o más curiosos, exima a la edil del ramo, Susana Moll (PSOE) de su responsabilidad o, mejor dicho, con la i latina delante.
Si, por Son Moix han pasado gerentes y concejales de todo pelaje pese al equipo humano de profesionales funcionarios capaces que han evitado debacles mayores que las que ha soportado el Palau, desde el estado de conservación de algunas de sus instalaciones hasta la paralización de las obras que le mantuvieron sin servicio después de los destrozos del huracán que lo asoló en octubre del 2007.
Sacudido por los escándalos de la Universíada que a algunos les permitió la retirada de la política, las subvenciones a determinados cursos o competiciones nunca realizadas y otras hierbas, los despachos oficiales y ejecutivos han sido ocupados o utilizados a conveniencia de las siglas dominantes en el Ajuntament según resultados electorales y pactos. En ciertos casos con más desfachatez que otros.







