Hace siete días muchos médicos del Ib salut leyeron el super editorial de este digital que cada día aumenta sus lectores, sobre las agresiones sanitarias. Fue el editorialazo del mes, porque describía magníficamente un fenómeno que se ha disparado en los últimos tiempos: la desbordante cifra sobre las continuas conductas violentas que se dan dentro de nuestro ámbito sanitario.
Es importante reconceptualizar el término, no hay que seguir hablando de agresiones sanitarias hay que hablar de violencia sanitaria, tal como se hace de otros fenómenos violentos sociales que se dan en otros ámbitos. El reto de erradicarla debe de ser de todos y la tolerancia también debe de ser cero.
En mi criterio fue el super editorial del mes porque ha sido el único periódico digital o de papel que a través de un magnifico escrito visibilizaba y denunciaba un tipo de violencia que desafía cualquier racionalidad y que además lanzaba un SOS para generar alarma social sobre un tipo de violencia que daña nuestro pilar principal de nuestro estado de bienestar, que es la salud.
Cuando se agrede físicamente o psicológicamente a un profesional se está dañando un valor social y se está perjudicando a todos. La violencia sanitaria quiebra el adn del quehacer médicos que es la relación médico-paciente.
Los 5.000 médicos que trabajan en nuestra comunidad están agradecidos al editorialazo de la pasada semana. Ojalá cundiera el ejemplo, porque los medios y las redes sociales son claves para estigmatizar al agresor, para dar apoyo al profesional agredido y para exigir a la administración sanitaria, que hay que hacer otras intervenciones y poner más medios ante este nuevo cáncer social que es la violencia sanitaria. Urge cambiar de chip, revisar pormenorizadamente y actualizar el protocolo y sobre todo dedicarle el presupuesto que toca. Este es el barómetro del compromiso de la administración. Basta de lamentos, quejorrea, retórica y bla bla bla. Es la administración quien de be de proveer seguridad a sus trabajadores y a el 99% de los usuarios.
¿Cuál es la partida presupuestaria del Ib salut para prevenir y restringir la violencia sanitaria que pueden sufrir 15.000 profesionales que trabajan en él? ¿Cuántas campañas de sensibilización se han hecho sobre la violencia sanitaria? ¿Cuántos cursos de formación sobre cómo actuar ante situaciones de riesgo se han realizado? Demasiadas preguntas sin respuesta.
Dar noticias sobre las continuas y reiteradas agresiones sanitarias salen en todos los periódicos, cuando son de tipo físico, pero no salen nunca las diferentes formas de maltrato psicológico que es el pan nuestro de cada día y que son invisibles porque ni se notifican ni se denuncian. Salen gratis. Ya nos hemos acostumbrado dicen los profesionales, que a su vez se comportan de forma irresponsable al no denunciar las vejaciones, insultos, menosprecios y cualquier trato indigno que reciben de unos usuarios con alto grado de exigencia y poca tolerancia a la frustración que se saben todos sus derechos pero que son anoréxicos en cuanto a sus deberes.
No peco de apocalíptico si anticipo que en futuro no muy lejano todo lamentaremos y algunos nos sublevaremos ante la trágica noticia de la muerte de un médico u otro profesional agredido por un paciente. Es la crónica de una muerte anunciada.
Consumamos realidad: es desolador pero el ámbito sanitario es un escenario de riesgo alto de agresión.
Es triste, descorazonador y muy irresponsable el acostumbramiento ante las recurrentes agresiones, así como la respuesta estereotipada, crónica y clónica de la administración sanitaria.
Hay que luchar, todos, contra la normalización de este tipo de violencia. Es una tarea que nos compromete a todos. Por eso vuelvo a agradecer como médico y como presidente de SIMEBAL el súper editorial de este medio, la pasada semana. Por eso es muy importante que todos los medios dediquen páginas a la violencia sanitaria.
Hay muchas medidas que iré abordando en próximos artículos, pero de entrada Simebal exige orden de alejamiento del agresor que debería de ser atendido en otro centro lo más alejado posible del suyo.
Ya saben en derrota transitoria pero nunca en doma.





