Ramón Socías, delegado del Gobierno en Baleares, en una entrevista concedida este fin de semana a la agencia Efe, declaró que no votar, en referencia a los previsibles altos índices de abstención de estas elecciones, es favorecer a los corruptos. El representante del poder central en las Islas añadió que el ciudadano parece no ser suficientemente sensible a la corrupción, dado que las encuestas indican que el PP, uno de los partidos implicados en más casos judiciales, podría incluso ganar en mayo. Socías hace lo que su partido, el PSOE, necesita: intentar simplificar las cosas, descargando las culpas de lo que pueda suceder sobre los ciudadanos. Bien podría haber dicho que la abstención es una manera de oponerse a la corrupción, por un lado, y a la incompetencia, por otro. Podría haber explicado que la abstención tiene lecturas y, también, podría haber defendido la libertad de los ciudadanos para hacer lo que les plazca. Pero, en todo caso, lo que quiso decir es que no entiende las conductas de los ciudadanos. A mí, en cambio, me parece que la pregunta que encabeza este artículo no se contesta sólo con las simplicidades que ha dicho Socías. Me da la impresión de que en este sentido, junto a sus declaraciones, en el mismo periódico, había dos noticias esclarecedoras que podrían ayudar a Socías a entender qué puede estar pasando: en una de ellas se decía que el GOB acusó al PSOE de haber organizado una patraña con la vía Conectora, porque en realidad es una autopista mal camuflada y, también, un poco más abajo, aparece un titular que dice que el PSOE presentará candidatos imputados en las listas al Consell de Ibiza. Tal vez muchos ciudadanos intuyen -no sin razón- que la política, la financiación de los partidos, el clientelismo, los 'trepas', la proliferación de ineptos, la corrupción entendida en un sentido muy abierto, es generalizada, incluyendo también a la izquierda y también al PSOE. Resignados a que este cáncer no lo podemos erradicar, viendo que todo lo que ha sucedido en esta legislatura es sólo una parte de una enfermedad que corroe el sistema, tal vez muchos prefieran votar a otros que, por lo menos, no tienen dos discursos, por lo menos llaman autopistas a las autopistas.





