La Diada catalana de este 11 de septiembre marcada por la pandemia ha comenzado a primera hora con actos vandálicos que han afectado a diferentes tramos de la red ferroviaria, entre ellos el AVE Barcelona-París y el AVE Barcelona-Lyon, y por la quema de neumáticos en la vía entre Girona y Figueres (Girona). En paralelo, la Guardia Civil ha detenido en Balaguer (Lleida) a cuatro personas vinculadas a los CDR cuando intentaban sabotear las instalaciones del AVE, según fuentes de la investigación.
Como cada Diada, la primera cita política de la jornada han sido las ofrendas florales al monumento a Rafael Casanova, en Barcelona, que este año han tenido un formato encorsetado por las medidas sanitarias, con delegaciones reducidas de instituciones, partidos y entidades. De hecho, la representación del Govern solo la integraban el presidente, Quim Torra, y dos de los miembros del gabinete, Pere Aragonès y Meritxell Budó. Tampoco ha podido escucharse la habitual banda de música que interpretaba el himno catalán de 'Els Segadors'.
A pocas calles, en el paseo Lluís Companys, Òmnium Cultural ha desplegado 2.850 sillas vacías, con carteles con los nombres de los soberanistas "perseguidos por la Justicia" que ha contabilizado la entidad, que reclama una "amnistía". También en el centro de Barcelona, una manifestación impulsada por Arran, organización juvenil vinculada a la CUP, ha terminado con la quema de una fotografía de grandes dimensiones de los miembros de la familia real.
Por su parte, el presidente de Sociedad Civil Catalana, Fernando Sánchez Costa, ha propuesto celebrar la Diada el 23 de abril, por Sant Jordi, y ha llamado a frenar la "decadencia" en Cataluña, un mensaje que ha exhibido en una pancarta colgada de una avioneta.
131 ACTOS DE LA ANC EN DIFERENTES PUNTOS
Ya por la tarde, la habitual manifestación multitudinaria de la ANC en Barcelona ha sido sustituida, por razones de seguridad sanitaria, por 131 actos en diferentes puntos de Cataluña, que, según la entidad, han congregado a un máximo de 59.500 personas. Los llamamientos de la ANC a quienes se quedaran en casa a salir a sus balcones para reivindicar la independencia a las 17.14 horas han tenido un escaso seguimiento.
En la plaza Letamendi, en Barcelona, junto a la sede de Hacienda, se ha celebrado el acto central de la ANC, cuya presidenta, Elisenda Paluzie, ha lanzado un mensaje inusualmente duro a JxCat y ERC. Paluzie ha abroncado a los dos socios de Govern por su división y les ha urgido a que hagan ya una propuesta conjunta para culminar el proceso independentista, porque, según ha indicado, "la paciencia de la gente no durará para siempre".
También el vicepresidente de Òmnium, Marcel Mauri, ha denunciado que esta Diada es atípica "no sólo por la emergencia social y sanitaria", sino también por la "disputa interna permanente" entre JxCat y ERC. Según ha afirmado, "ya basta de peleas y debates estériles".
MARCHA NO COMUNICADA DE LOS CDR
Ya a última hora de la tarde, las convocatorias de la Diada han culminado con la manifestación auspiciada por la CUP en el paseo Lluís Companys, en Barcelona, con la presencia de miembros de los CDR. Esta marcha no ha sido comunicada previamente a los Mossos d'Esquadra. Una vez en el punto de destino, la Ronda de Sant Pere, los manifestantes han quemado un muñeco del Rey.
Centenares de personas, en su gran mayoría jóvenes, se han unido a la manifestación de los CDR, convocada en vísperas de la Diada del 11 de septiembre a través de las redes sociales pero no comunicada oficialmente al departamento de Interior de la Generalitat. Entre gritos de 'Libertad presas políticas', 'Independencia' y 'Cataluña antifascista', portando algunas pancartas, banderas esteladas y rojas, además de antorchas, los participantes en esta movilización han ido avanzando por la calle Trafalgar, sin respetar las distancias de seguridad exigidas por las autoridades sanitarias para prevenir los contagios de coronavirus.
A la altura de la Ronda de Sant Pere, los manifestantes han construido un muro de cajas de cartón con carteles con las siglas de empresas del Ibex-35 y de instituciones del Estado y le han prendido fuego, junto a un muñeco con una doble cara: la del actual monarca, Felipe VI, y la de de Felipe V.