Es digna de admirar la capacidad que parece tener el consistorio palmesano que preside José Hila de meterse en todo tipo de barrizales y molestar a los ciudadanos, singularmente a los empresarios. En esta ocasión se trata de la Fira del Llibre, que ha vuelto a instalarse después de varios años en otras ubicaciones más idóneas, en el Passeig del Born, por aquello de tomarse venganza contra las terrazas y el revolcón que le pegaron al Ayuntamiento y a la concejala Aurora Jhardi con la consulta ciudadana para echarlas de allí.
Pero ahora la Fira del Llibre está causando pérdidas no solo a los locales con terrazas, sino al conjunto de establecimientos de restauración y de otros comercios, que están sufriendo pérdidas que rondan el 70-80% de la recaudación habitual en restauración y entre un 30-60% en comercios, lo cual es un duro golpe.
Por si esto no fuera poco, algunos libreros apuntan a que no querían volver al Born pero que desde Cort les han obligado. Si esto es así, las circunstancias agravantes en la gestión que de este asunto hace el equipo de gobierno se acumulan de forma preocupante. Es buena hora de que el equipo de gobierno municipal deje de incordiar a los ciudadanos y procure solucionar problemas, en lugar de ir creándolos caprichosamente.
