El pasado domingo 19 de octubre, cuatro ladrones encapuchados burlaron la seguridad del Museo del Louvre de París y sustrajeron nueve joyas de la colección de Napoleón y de la emperatriz Eugenia de Montijo. Llegaron en motos y un camión por una zona en obras junto al río Sena y accedieron a la galería de Apolo mediante un montacargas, llevándose ocho de las nueve piezas, incluidas diademas, broches y collares históricos. Solo la corona de la emperatriz Eugenia se perdió por el camino, mientras que el diamante Régent permaneció intacto.
🇫🇷💎 Ladrones ejecutan un robo tipo Ocean’s Eleven en el Museo del Louvre: en solo 7 minutos se llevaron 9 joyas de Napoleón y la Emperatriz Josefina. Usaron un montacargas para entrar y huyeron dejando la corona dañada de Eugenia. Francia habla del “robo del siglo”. #LouvreHeist pic.twitter.com/GAkSoVP5SH
— Global Network News 🌎 (@iluminnatii) October 19, 2025
HIPÓTESIS DEL 'ARTNAPPING'
Mallorcadiario.com ha hablado con el experto en patrimonio y criminología del arte, Jorge Llopis, quien asegura que se trata de un robo "por encargo", propio del fenómeno conocido como artnapping o secuestro de obras de arte. "Estamos hablando de piezas institucionales, joyas patrimoniales del Estado francés, desde el Imperio Napoleónico hasta el último reinado. Es una colección muy potente. Y un robo de este tipo no es casual; alguien lo ha encargado. No hablamos de un coleccionista que quiera tener las joyas para sí mismo, sino de alguien que busca utilizarlas para negociar", explica Llopis.
Según el perito judicial de arte, el artnapping no es nuevo, pero es una práctica incómoda para los Estados porque implica negociar con los delincuentes. "Se trata de extorsionar al gobierno o de usar las joyas como moneda de cambio. No podemos pensar que los ladrones lo hicieron por cuenta propia. Lo más plausible es que detrás haya una organización criminal, una mafia (marsellesa, italiana o rusa) que use las piezas para obtener reducciones de condenas o favores judiciales. Nadie quiere estas joyas; queman en las manos", afirma.

SIETE ROBOS EN DOS AÑOS EN MUSEOS FRANCESES
Llopis recuerda que "el 90 por ciento de los robos en museos se organizan desde dentro, con la colaboración de empleados o conservadores. Ese tipo de persona no es un topo: forma parte de la banda y cobra por ello", añade. En su opinión, el robo del Louvre no es un caso aislado: "En dos años se han producido siete robos en museos franceses. Esto demuestra una incapacidad grave en materia de seguridad. En el Louvre ya ha habido huelgas y quejas por la saturación turística y la falta de personal. Pero no es un problema del museo, sino del Estado francés", declara
En declaraciones a este digital, el perito de arte apunta que "Francia tiene más de 1.300 museos nacionales y la seguridad debería garantizarla el Estado; y no lo está haciendo". El experto también descarta que las joyas robadas puedan rastrearse fácilmente con tecnología: "Con piezas tan pequeñas, colocar geolocalizadores es casi imposible. Además, su valor es sobre todo patrimonial e histórico. Han sobrevivido a tres revoluciones y es probable que algunas hayan sido modificadas o desmontadas. Lo importante no es la piedra, sino el orfebre y a quién iban dirigidas".
MALLORCA Y LA HISTORIA DE ROBOS DE ARTE
Mallorca tampoco está exenta de delitos contra el patrimonio. De hecho, el expolio y el robo de obras de arte en la isla balear tiene raíces históricas que se remontan siglos atrás. El 11 de mayo de 1561, corsarios otomanos al mando de 'Uluj Alí' atacaron la villa de Sóller. Aunque los habitantes lograron resistir y obligaron a los atacantes a retirarse, parte del botín desapareció, un episodio que aún se rememora en las fiestas locales con representaciones teatrales de la incursión.
En tiempos más recientes, en 1991, el “Plat de sa Llebre”, una cerámica árabe del siglo X que formaba parte de la colección del Museo de Mallorca, fue sustraído de su vitrina de seguridad. La pieza, de gran valor histórico y artístico, sigue desaparecida a día de hoy, demostrando que incluso los objetos custodiados con medidas de protección pueden ser vulnerables.
MUSEU DEL SANTUARI DE LLUC
Entre marzo y abril de 2023, el Museu del Santuari de Lluc sufrió uno de los expolios artísticos más destacados de los últimos años. Se denunciaron la pérdida de once piezas de joyería religiosa —cordoncillos, colgantes, rosarios y pendientes— catalogadas como Bien de Interés Cultural (BIC), algunas de las cuales habían sido sustituidas por imitaciones antes de que se descubriera su desaparición.


El responsable del saqueo era un trabajador con acceso privilegiado, quien sustrajo más de 20 joyas, cientos de medallas y monedas, así como pequeñas cantidades de dinero en efectivo. La Guardia Civil logró recuperar la mayoría de las piezas, aunque algunas joyas de oro y medallas no pudieron ser localizadas.
Para Jorge Llopis, este tipo de robos confirman una tendencia preocupante: "En Mallorca, más que la seguridad dentro de los museos, el problema está en cómo salen las piezas de la isla. Pueden hacerlo por barco desde cualquier puerto náutico. Lo del monasterio de Lluc fue un robo de piezas pequeñas, fáciles de transportar. Un cuadro grande es más difícil, porque su conservación fuera del museo es muy complicada. Y un ladrón no quiere conservar nada, solo deshacerse de ello cuanto antes".
Cabe señalar que en noviembre de 2024, el Santuari de Lluc solicitó la colaboración ciudadana para recuperar un pesebre robado del Jardín Botánico, un elemento cultural significativo que adornaba este espacio natural.
PINTURAS ROBADAS EN UNA GALERÍA DE PALMA
En agosto de 2023, una galería privada de Palma fue objeto de un robo en el que se sustrajeron siete pinturas al óleo valoradas en 31.000 euros. Las obras pertenecían a los artistas José Cheetham, Marc Badia, Dimitros Tade y Fabio Finamore. Tras una investigación conjunta entre la Policía Nacional española y las autoridades belgas, se identificó a los presuntos responsables y se localizó el paradero de las obras en Bruselas.
Como resultado, cuatro de las siete pinturas fueron recuperadas en una operación que incluyó una entrada y registro en la capital belga. Los presuntos autores fueron denunciados, y la empresa a través de la cual operaban también fue señalada. La Fiscalía de Bélgica dispuso la entrega de las obras recuperadas a su propietario en Palma.

OPERACIÓN 'DON SIMÓN': ROBO DE ARTE RELIGIOSO
En 2009, la Policía Nacional desarticuló una red dedicada al robo de arte religioso en templos de Mallorca en el marco de la Operación “Don Simón”. La banda se especializaba en sustraer imágenes, objetos litúrgicos y piezas de gran valor artístico, que luego vendían como antigüedades en mercadillos locales o en el extranjero. Ese mismo año se denunciaron desapariciones en la iglesia de Montesión, en Palma, evidenciando un patrón de saqueos vinculados al patrimonio eclesiástico de la isla.
La investigación, desarrollada por la Brigada de Patrimonio Histórico en colaboración con la Guardia Civil, comenzó tras detectar a uno de los integrantes —conocido como el correo— intentando sacar varias piezas de Mallorca. Las pesquisas revelaron una red organizada con amplio conocimiento del patrimonio religioso y contactos en el mercado negro de antigüedades. Parte del material sustraído se enviaba a la península y al sur de Francia, donde se vendía sin documentación de procedencia. La operación permitió recuperar numerosas piezas de arte sacro y detener a varios miembros de la organización.
ARTISTAS CONSAGRADOS
Los robos vinculados a artistas de renombre han sido recurrentes en Mallorca. En 2013, desapareció un boceto original de Joan Miró de la Fundació Pilar i Joan Miró, un hecho que generó gran polémica institucional y llevó a la dimisión de la directora del centro. En 2019, la Guardia Civil recuperó dos litografías robadas en Selva, después de descubrir que los delincuentes habían colocado copias falsas para encubrir el robo.
Entre 2023 y 2024, la Universitat de les Illes Balears denunció la desaparición de cuatro obras donadas en los años ochenta. Aunque la Fiscalía archivó el caso por falta de pruebas, una de las piezas, firmada por Miquel Barceló, fue localizada y devuelta a la institución.

ROBOS EN PROPIEDAD PRIVADAS
En la última década, Mallorca también ha sido escenario de robos de patrimonio artístico en propiedades privadas. En 2016, la Policía Nacional detuvo a un hombre en Manacor que transportaba seis cuadros robados, valorados en más de 50.000 euros, demostrando la presencia de redes de sustracción y tráfico de obras en la isla.

En 2018, la Guardia Civil arrestó a varios sospechosos implicados en robos de arte y antigüedades en viviendas de lujo de Calvià. Ese mismo año, en Pollença, un individuo sustrajo muebles de diseño y 29 cuadros de la casa de su exsuegro, con un valor superior a 70.000 euros, siendo finalmente condenado en 2024.
MÁS PROTECCIÓN Y VIGILANCIA
Según Jorge Llopis, el robo de grandes obras ha descendido en los últimos años gracias al avance tecnológico y a la cooperación internacional: "La tecnología ha reducido mucho este tipo de delitos. Desde 2005 o 2010, con la digitalización y los convenios internacionales, hay un intercambio más fluido de información entre países. Pero sigue existiendo burocracia, y eso retrasa la reacción ante un robo. El momento dorado de este tipo de delitos fue la década de los 90, cuando no existían esas herramientas".
El balance histórico de saqueos y robos de arte en Mallorca evidencia que la isla no está exenta de este tipo de delitos. Desde piezas religiosas hasta obras de artistas consagrados, la protección del patrimonio cultural es un desafío constante que requiere más que simples medidas de seguridad física. Los casos recientes muestran que la vigilancia, la gestión administrativa rigurosa, el control exhaustivo de inventarios y la coordinación entre instituciones culturales y fuerzas de seguridad son herramientas esenciales para prevenir pérdidas irreparables.





