La Administración no se lleva bien con la tecnología

Leo la crónica de Bendor Grovesnor, periodista e historiador del arte como yo, y volvemos a ver que los fallos de la tecnología en la Administración española son una constante.

Como siempre lo del arte es una nimiedad respecto a la seguridad de las personas, sin embargo hablamos igualmente de delitos y e igualmente de sistemas y equipos que fallan o no son operativos para evitarlos.

Grovesnor relata como compró OnLine en Madrid un Cristo de plomo datado en el 1600 de precio bajo y dañado. La figura es un Crucificado y puede que sea una reproducción policromada del original Low Cost , y no una de las valiosas realizadas en oro y plata.

La cosa es que según nuestras leyes de exportación de arte, si la pieza tiene más de100 años (y esta tiene 400) requiere al menos la factura y el permiso de exportación.

Cuenta Grovesnor que para evitar el costosisimo envío (es escocés) por parte del vendedor, decidió venir de vacaciones a Madrid y llevárselo él mismo. Este envío por parte del vendedor suponía tener el permiso de exportación que por lo visto no tenía.

El tipo regresa a casa y no sé si queriendo jugar al gato y al ratón o desafiar directamente a las autoridades, guarda el crucifijo en su equipaje de mano. “vimos pasar el "Miguel Ángel", empaquetado en un tupper especialmente seleccionado, por la máquina de rayos X. En la pantalla, entre los iPads y la ropa, apareció nuestro Cristo crucificado. Era una masa negra y sólida (y lo interpreté como la confirmación, según el análisis técnico, de que estaba hecha de plomo). Para nuestra sorpresa, no despertó el interés del guardia de seguridad. En España, parece que llevar un crucifijo sigue siendo perfectamente normal”.

Quiero pensar que los de seguridad preguntaron que era aquello. A mi me han registrado por llevar un atacador en la mochila (la herramienta para limpiar las pipas). Un objeto de metal de esas dimensiones a bordo, no es ninguna broma.

No se si la noticia es que en España somos unos meapilas papistas que necesitamos viajar con crucifijos, como los escoceses necesitan viajar con whisky, o que los detectores del aeropuerto para vuelos Low Cost son una mierda (¿Ahora entienden lo del crucifijo Low Cost ?).Y por extensión, no sé si Bendor Grovesnor insinúa que los aeropuertos españoles son un coladero para contrabandistas. En ambos casos estoy de acuerdo.

Y el articulo se publica en una de las revistas más importantes del mundo.

Yo viajé ayer, con una miniatura de un familiar y marino ilustre del siglo XVIII, pintada sobre marfil (precio estimado 800€) que me regaló mi madre y por supuesto no llevaba factura ni permiso CITES y tampoco paso nada, sólo decepción. Alguno puede pensar que soy un cínico, pero también tengo el derecho a dar explicaciones a ver si entendían algo.

Echo de menos a profesionales en ese puesto (Guardia Civil) y menos vigilantes de polígono.

Jorge Llopis Planas,  director de Pecadosdelarte.com

jorge@jllopis.net

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