Hoy día utilizamos los teléfonos móviles para prácticamente todo menos llamar; con la introducción de la inteligencia artificial eso ya será un auténtico drama si no se hace un uso adecuado.
Una persona, quizás quien me conoce más en esta vida, me explicó que los mensajes no son para el que los escribe sino para el receptor. Cuando se le da a la tecla enviar perdemos su propiedad que pasa a ser del receptor.
Dicha cuestión, debido en parte a la forma de escribir en mensajería o a la interpretación que hace el lector, su estado de ánimo, su inteligencia o cualquier otra cuestión puede convertir un mensaje sencillo en el origen de un problema.
La ventaja de los mensajes es que a través del servicio de bloqueo, sin mirarle a los ojos, le decimos a alguien que no le queremos en nuestra vida.
Pero saben, eso me parece decepcionante, cuando no queremos a alguien en nuestra tenemos que ser valientes y decírselo a la cara y además argumentarlo. No estoy en contra de los bloqueos, al contrario, me parece una práctica muy sana, de hecho el otro día me levante de una mesa donde tomaba café para bloquear las impertinencias y chulerías de una determinada señora.
El teléfono móvil que nos ha resuelto muchas cosas en la vida nos ha hecho perder una esencial, que es la sociabilidad; a mí me sigue gustando quedar con amigos alrededor de una mesa y comer, cenar o lo que se tercie y hablar y debatir especialmente sobre cómo anda y a donde se dirige España.
No puedo obviar los tuits que publica mi ídolo el conocido trombonista Cosme Bonet, que aparte de que no se desvía un ápice de la doctrina oficial, escribe estupideces, viene de estúpido, que resultan incomprensibles, pero en este caso la verdad es que creo que las neuronas ya no dan más de sí.
En esas reuniones de amigos nos reunimos personas que votan abiertamente a VOX y personas que abiertamente votan a MES y eso no es motivo de enfrentamiento ni de nada parecido. La gente normal, los ciudadanos no vivimos como los políticos, comemos peor ya que nos lo pagamos nosotros y cuando hablamos de política o futbol no nos faltamos al respeto.
Pocas cosas tienen una persona más importante que su palabra, cuando este promete que no podría dormir si pactase con los sucesores de ETA, y no sólo se acuesta con ellos si no que les vende el país a trozos ese hombre no es de fiar.
Yo no sé cómo tratará la Historia, la seria, la de verdad, pero lo que está haciendo en este país en estos momentos es una ignominia. España no es un zoco donde se puede ir regateando para conseguir siete míseros votos; los unos y los otros son unos indecentes, se venden por un plato de lentejas.
En julio los ciudadanos no les dimos ese mandato y lo único que lamento de verdad es la cantidad de paniaguados del PSOE que no se atreven a alzar la voz contra el premier. Esos que dicen que son unos patriotas, empezando por García Page es un cobarde. Apoyando a Sánchez perjudica a los ciudadanos de Castilla La Mancha. Es hora de que se acabe de hacer política desde el mercantilismo, es hora de exigir el gobierno de los mejores, y el que no valga para ministro de cajero en un súper.
Lamento decirlo de nuevo, pero cuánta razón tenía don Miguel de Unamuno, España me duele.