La revelación hecha por mallorcadiario.com sobre el notable aumento de concesión de permisos de armas de clase B (revólveres y pistolas) entre funcionarios de Justicia, singularmente jueces de instrucción y fiscales, experimentado en Balears, demostraría la gravedad de los casos que últimamente se investigan y lo vulnerables que se sienten los investigadores, algunos de los cuales han sido objeto de amenazas directas, lo que significa un aumento exponencial de la peligrosidad de las tramas criminales que están bajo la lupa de la Justicia.
Esto invita a la reflexión, pues a menudo se ha visto como los medios de la Administración de Justicia, tanto humanos como materiales, siempre limitados y escasos, eran dedicados con gran entusiasmo a operaciones que ahora bien podríamos calificar "de poca monta", frecuentemente con gran derroche de efectivos y con publicidad desaforada, por más que los supuestos autores ni suponían un riesgo grave para la seguridad ciudadana, ni una amenaza grave para nadie mucho menos para los jefes de la investigación.
La implantación en Balears de elementos provenientes de la mafia rusa o de otras latitudes que aprovechan su estancia en un lugar con gran afluencia turística donde es relativamente fácil pasar desapercibido, o bandas organizadas de criminales como los Ángeles del Infierno" e incluso los policías que supuestamente cometían actos delictivos de forma organizada prevaliéndose de su cargo, nos revela que quizás hemos estado mucho tiempo deslumbrados por delincuentes de renombre, mientras las bandas realmente peligrosas no eran objeto de la vigilancia que merecían, lo que les permitió realizar sus actos criminales con relativa facilidad





