El RCD Mallorca y Michael Laudrup han llegado a un principio de acuerdo para la rescisión del contrato que unía al danés con la entidad bermellona por una temporada más. Mañana se firmará el finiquito y se podrá fin a una relación que empezó con muy buen pie, pero que a medida que iban avanzado los meses y los partidos se fue debilitando. La política de fichajes y salida de jugadores han sido el detonante de una separación que a nadie ha pillado por sorpresa. Las declaraciones de Erik Larsen en las que calificaba a Serra Ferrer como “una mala persona” han servido de excusa perfecta para acabar con una relación rota. La sucesión de acontecimientos empezaron a primera hora de la mañana con una llamada del hasta ahora entrenador del Mallorca a Pedro Terrasa para negociar su salida del club porque la tranquilidad, tras el cisma abierto entre él y el vicepresidente era “imposible” mientras el estuviese sentado en el banquillo. Después de despedirse de los jugadores, El técnico danés salió en rueda de prensa para anunciar que arrojaba la toalla porque se iba a casa todos los días “frustrado”. Para concluir su comparecencia soltó una frase lapidaria: "El Mallorca será lo que Serra Ferrer quiera que sea".





