Unió Mallorquina está dispuesta a todo para pactar con Font. Da igual si se suprimen las siglas o incluso si en el futuro desaparece este partido político. El estado de desesperación de UM es total y absoluto, aunque quizás Melià podría intentar disimular un poco su ansiedad para salvar el partido que fundó Jeroni Albertí. UM debe saber desde hace tiempo que está al borde del precipicio y que, incluso, tiene muchas posibilidades de no conseguir representación en la Cámara autonómica y el Consell de Mallorca. Si no es así, no se entiende la postura de Melià, que ha llegado a decir que pactarán con Font sin ninguna condición. Si yo fuese Font pediría ser el número uno en todas las listas y varios puestos destacados en las candidaturas para sus correligionarios de sa Pobla una vez que den la cara. El pacto entre UM y Font puede consolidar un proyecto que ahora mismo está en situación de debilidad, pero habrá que esperar qué hace el pobler. También deberá demostrar el pobler cuánta gente le apoya y si dispone de infraestructura política, además de financiación. Por el contrario, iniciar estas aventuras a pocos meses de las elecciones es poco menos que un suicidio político en las actuales condiciones, con unas elecciones que tienen poco que ver con las celebradas hasta ahora. Aún así, que Font sepa que Melià está dispuesto a todo. Así da gusto negociar.





