Cuando días atrás se anunció que a partir de este sábado podríamos salir a correr o a pasear, no se me ocurrió pensar en que además del footing quizás se podrían practicar también otros deportes individuales. Por fortuna, el doctor Fernando Simón nos iluminó ayer una vez más, cuando hizo referencia a que a la hora de ejercitar nuestros músculos también sería posible optar, por ejemplo, por hacer uso de «una tabla de surf o de windsurf», intuimos que no en la vía pública o en un parque, sino en un lago o en el mar.
Si yo fuera un poco más activo, probablemente me encontraría ahora ante un dilema a la hora de intentar decidirme por una de esas dos prácticas deportivas o tal vez por otras diferentes, pero he de reconocer que, por razones biográficas, felizmente no me encuentro en esa disyuntiva en estos momentos. En el caso del footing, mi experiencia con ese deporte se remonta a unos treinta años atrás, cuando un invierno de finales de los ochenta salí a correr por el Paseo Marítimo de Palma en un par de ocasiones, siempre a primera hora de la mañana. La acumulación de flatos y de mareos en ambas jornadas fue decisiva para que no volviera a repetir esa experiencia ya nunca más.
En cuanto a mi experiencia con el surf, debo decir que, como seguramente habrán intuido ya, es todavía algo menor. En realidad, nunca me he subido a una tabla ni me he puesto un traje de neopreno, pero, por si puede valer en algo, puedo decir que llevo casi cuatro décadas escuchando los grandes éxitos de los Beach Boys, uno de mis grupos favoritos, con el gran Brian Wilson a la cabeza. Entre esos éxitos se encuentran tanto los que están dedicados exclusivamente a la materia hoy en cuestión, «Surfin' USA», «Surfer girl», «Noble surfer» o «Surfin' safari», como clásicos maravillosos suyos, entre ellos «Don't worry baby», «Fun, fun, fun», «God only knows» o «Good vibrations».
Por las razones señaladas, este sábado me limitaré sólo a dar un pequeño paseo, a no más de un kilómetro de casa, siguiendo las recomendaciones de nuestro querido ministro de Sanidad, Salvador Illa. Teniendo en cuenta además las limitaciones iniciales fijadas por él, de momento no podré ir todavía a ver el mar. «Súbete a una ola y estarás sentado en la cima del mundo», cantaban los Beach Boys en otro de sus grandes temas, «Catch a wave». No sé, quizás algún día tendría que comprarme una tabla y probar.





