Los vecinos de la urbanización Puig de Ros, en el municipio de Llucmajor, viven días de auténtica inquietud tras una nueva oleada de robos perpetrada la madrugada del sábado 25 de octubre, cuando dos encapuchados se pasearon entre las 02:00 y las 05:00 horas por las calles Voltor y Xoric, entrando en varias viviendas mientras sus ocupantes dormían.
Según el relato de los afectados y las imágenes captadas por cámaras de seguridad, los ladrones actúan con una "precisión casi profesional". Su modus operandi consiste en hacer un pequeño agujero en puertas o ventanas de aluminio o PVC, cerca de la cerradura, para manipular el cierre y acceder al interior. "En algunos casos, utilizaron un tipo de gas somnífero para asegurarse de que los residentes no se despertaran durante el robo" explica Teresa Abad, presidenta de la Asociación de Vecinos Mirador del Delta. Una vez dentro, sustraen dinero, joyas y aparatos electrónicos antes de desplazarse tranquilamente a la siguiente vivienda.
En total, los encapuchados robaron en dos casas y forzaron la entrada de otras tres, "que tengamos constancia" asegura Abad. Las imágenes de videovigilancia, aportadas por una de las familias afectadas, muestran cómo los ladrones cruzan de jardín en jardín buscando una vivienda accesible, sin apenas prisa y con aparente conocimiento del terreno.
UN PROBLEMA QUE VIENE DE LEJOS
Desde la Asociación de Vecinos Mirador del Delta, que agrupa a residentes de la zona, se muestran indignados y reclaman una respuesta inmediata por parte del Ayuntamiento de Llucmajor. “No puede ser que no nos sintamos seguros ni en nuestra propia casa. ¿Para qué pagamos impuestos si el Ayuntamiento nos tiene abandonados?”, denuncian.
Los vecinos recuerdan que en 2021 ya recogieron más de 3.000 firmas pidiendo más seguridad y que incluso el pleno municipal aprobó colocar cámaras en los accesos a las urbanizaciones —una medida que se ejecutó—, pero lamentan que “a día de hoy es rarísimo ver un coche de policía patrullando nuestras calles”.
“Si hubiera más presencia policial, estos ladrones ni se atreverían a acercarse”, añade la presidenta de la asociación, que insiste en que las cámaras privadas “no bastan” ante un término municipal tan extenso. “Cuando llega la policía, los delincuentes ya están en su casa con el botín”.
La asociación reclama al consistorio que cubra las jubilaciones y bajas en la Policía Local, convoque nuevas plazas y refuerce la vigilancia en los fines de semana y horarios nocturnos, especialmente en la zona costera, que consideran “la más abandonada del municipio en materia de seguridad”.
Los residentes de Puig de Ros, cansados de los robos, ocupaciones y actos vandálicos, lanzan un mensaje claro al Ayuntamiento. “Solo pedimos poder dormir tranquilos, que nuestros hijos puedan jugar sin miedo y que nuestros mayores no vivan con la angustia de escuchar ruidos por la noche. Nada más.”








