Hace pocos días, estando en Londres, ví en uno de los postes en los que se informa del sistema de alquiler de bicicletas de aquella ciudad, cómo funciona aquello. Veamos y comparemos con lo que tenemos en Palma: las dos primeras horas de bici en Palma son gratuitas y no hay cuota de acceso; en Londres, en todos los casos hay que pagar una cuota de acceso, para lo que el titular se tiene que identificar y dar su tarjeta de débito. Después, allí sólo es gratuito el uso de la bicicleta por menos de 30 minutos. Entre 30 y 60 minutos el precio es 1.15 euros; hasta una hora y media, 4.50 euros; hasta dos horas, 7 euros; seis horas son 40 euros y un día completo, 60 euros. En Palma, las dos primeras horas son gratuitas, pero no se informa si es posible contratar más tiempo pagando. Eso sí, si se exceden estas dos horas gratuitas, las normas de Palma dicen que “el gestor de Bicipalma queda facultado para bloquear la tarjeta ciudadana como medida cautelar”. En Londres, el retraso significa pasar a pagar la tarifa del tramo siguiente. Si el retraso es superior a las 24 horas, se cargarán 170 euros en la tarjeta. Si hay daños en la bicicleta se cargarán hasta 350 euros y si la bicicleta no es devuelta, también 350 euros. Aquí no se dice nada de qué sucede si la bicicleta sufre daños o si no es retornada. Allí el gestor es privado, por lo que a la municipalidad no le cuesta dinero, mientras que aquí todo es público, y costó unos 600.000 euros. Digámoslo en otras palabras: allí son civilizados y educados, porque de lo contrario les dejan la cuenta corriente arruinada, pero aquí, por las dudas, somos generosos, no sea cosa que haya alguien educado.
