Los cruceros se han convertido en una de las claves para la desestacionalización turística de Baleares, un sector que puede dejar más de 70 millones de euros en las Islas y cerca de dos millones de pasajeros durante este año, según las estimaciones realizadas por las empresas que se dedican a este campo. De hecho, Palma es uno de los puertos obligados para los cruceristas, como lo demuestran los cinco cruceros que este martes se dan cita en el Puerto de Palma, un día en el que no es habitual su presencia, ya que suelen ser los jueves el día de mayor afluencia y, en algunas ocasiones, los miércoles. Sin embargo, el sector goza de una salud envidiable, por lo que puede ser la gran baza a jugar para alargar esa temporada turística que finaliza en pocas semanas. Ahora bien, lo cierto es que para ello sería necesario contar con un dique grande, preparado y a la altura de cualquier otro puerto importante, y no uno tercermundista, como el que tenemos en la actualidad. Y es que, tal y como confirman las estadísticas del últimos ejercicios, el turismo de cruceros lejos de verse afectado por la crisis crece cada año torno al 20%, sin olvidar que se trata de un turismo que no consume territorio y tiene un mayor gasto turístico que el tradicional.
